El Papa a los curas pedófilos: "Conviértanse y entréguense a la justicia"
21/12/2018. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes
"A los sacerdotes que abusan de menores quisiera decirles: conviértanse y entréguense a la justicia humana y prepárense a la justicia divina". En su tradicional saludo para los augurios navideños a la Curia romana, la administración central de la Iglesia, el Papa volvió hoy a pronunciar un discurso "bomba", centrado en la "plaga" del escándalo de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes
"Está claro que, ante estas abominaciones, la Iglesia no se cansará de hacer todo lo necesario para llevar ante la justicia a cualquiera que haya cometido tales crímenes. La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso", prometió, en un discurso en el que agradeció a los medios que denunciaron y sacaron a flote este espanto.
La Iglesia nunca intentará encubrir o subestimar ningún caso", prometió el Papa
"También hoy hay hombres consagrados que abusan de los débiles, aprovechando de sus poder moral y de persuasión. Cometen abominaciones y siguen ejercitando su ministerio como si nada fuera. No temen a Dios o a su juicio, sino sólo ser descubiertos y desenmascarados", denunció. "Son ministros que laceran el cuerpo de la Iglesia, causando escándalos y desacreditando la misión salvífica de la Iglesia y los sacrificios de tantos hermanos. A menudo, detrás de su desmedida gentileza, impecable obra y cara angélica, esconden sin pudor un lobo atroz, listo a devorar las almas inocentes", denunció.
En una Sala Clementina repleta de cardenales, obispos y monseñores de la curia, que ya en los años anteriores, para la misma ocasión, recibieron fuertes tirones de orejas de parte del Papa -que les enumeró enfermedades, remedios y resistencias-, reinaba un silencio sepulcral. Francisco arrancó un discurso de 36 minutos, con varias referencias bíblicas y en el que enumeró las "aflicciones" y las "alegrías" del año, reconociendo que "la barca de la Iglesia este año ha vivido y vive momentos difíciles y ha sido golpeada por tormentas y huracanes". Y admitiendo que, entre las alegrías, los éxitos y los problemas de la Iglesia, "ciertamente las dificultades internas siguen siendo las más dolorosas y destructivas".
Luego de recordar "el ejemplo heroico de mártires y numerosísimos buenos samaritanos" que hay en la Iglesia, subrayó que, por otro lado, existen "los escándalos de algunos hijos y ministros" de la institución. "Los pecados y crímenes de las personas consagradas deforman el rostro de la Iglesia, minando su credibilidad", acusó. "Es innegable que algunos responsables, en el pasado, por liviandad, por incredulidad, por falta de preparación, por inexperiencia o por superficialidad espiritual y humana han tratado tantos casos sin la debida seriedad y prontitud", reconoció. "Esto no debe ocurrir más. Esta es la decisión de toda la Iglesia", sentenció.
En un año que comenzó con un viaje a Chile que disparó una investigación que significó un tsunami para la Iglesia local; y siguió con informes demoledores en Estados Unidos, Irlanda y Alemania y el j'accuse de un exnuncio que lo acusó de encubrir a un ex cardenal estadounidense, Francisco recordó que convocó para febrero a una cumbre sin precedente para tratar el tema. Entonces, adelantó, se tratará de "transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar la llaga de los abusos no sólo del cuerpo de la Iglesia, sino también del de la sociedad", puntualizó. Subrayó así que el escándalo de los abusos sexuales a menores se da también en el seno de las familias y en otras realidades . "La Iglesia no se limitará a curarse, sino que tratará de enfrentar este mal que causa la muerte lenta de tantas personas, a nivel moral, psicológico y humano", agregó
Francisco puso también hincapié en el hecho de que en el seno de la Iglesia algunos culpan a ciertos medios de crear intencionalmente una falsa imagen de la Iglesia, porque ignoran que, en verdad, el 98% de los casos de abusos son cometidos fuera de ella. Pero se distanció de ellos
En un año que comenzó con un viaje a Chile que disparó una investigación que significó un tsunami para la Iglesia local; y siguió con informes demoledores en Estados Unidos, Irlanda y Alemania y el j'accuse de un exnuncio que lo acusó de encubrir a un ex cardenal estadounidense, Francisco recordó que convocó para febrero a una cumbre sin precedente para tratar el tema. Entonces, adelantó, se tratará de "transformar los errores cometidos en oportunidades para erradicar la llaga de los abusos no sólo del cuerpo de la Iglesia, sino también del de la sociedad", puntualizó. Subrayó así que el escándalo de los abusos sexuales a menores se da también en el seno de las familias y en otras realidades . "La Iglesia no se limitará a curarse, sino que tratará de enfrentar este mal que causa la muerte lenta de tantas personas, a nivel moral, psicológico y humano", agregó.
Francisco puso también hincapié en el hecho de que en el seno de la Iglesia algunos culpan a ciertos medios de crear intencionalmente una falsa imagen de la Iglesia, porque ignoran que, en verdad, el 98% de los casos de abusos son cometidos fuera de ella. Pero se distanció de ellos Francisco puso también hincapié en el hecho de que en el seno de la Iglesia algunos culpan a ciertos medios de crear intencionalmente una falsa imagen de la Iglesia, porque ignoran que, en verdad, el 98% de los casos de abusos son cometidos fuera de ella. Pero se distanció de ellos: "yo quisiera agradecer vivamente a los medios que han sido honestos y objetivos y que han tratado de desenmascarar a los lobos y de dar voz a las víctimas". "Incluso si se tratase solo de un caso de abuso -que ya es una monstruosidad por sí mismo- la Iglesia pide que no se guarde silencio y salga a la luz de forma objetiva, porque el mayor escándalo en esta materia es encubrir la verdad", aseguró, reconociendo el papel de la prensa en esta cuestión. En un discurso fuerte, que reflejó su preocupación por lo que algunos consideran el talón de Aquiles de su pontificado, Francisco también habló de una segunda plaga: la "infidelidad" de los que traicionan su consagración a Dios y a la Iglesia, "que se esconden detrás de buenas intenciones para apuñalar a sus hermanos y sembrar cizaña, división y desconcierto". Aludió, así, aunque sin mencionarlo, al exnuncio Carlo Maria Viganó, que creó gran revuelo a fines de agosto pasado, al acusarlo de haber encubierto, junto a otros altos prelados de anteriores administraciones del Vaticano, al ex cardenal estadounidense Theodore McCarrick. De 87 años y prelado muy influyente, McCarrik fue hallado culpable de abusar de seminaristas hace cuatro décadas y obligado a renunciar por Francisco en julio pasado
LA NACION