Remembranza de Colón
09/10/2025. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
Aun cuando hayan pasado quinientos treinta y tres años del Descubrimiento de América, la figura de Cristóbal Colón o Crisóforomo Colombo – como habría sido su verdadero nombre – sigue despertando polémicas
Por Abel Cornejo
Aun cuando hayan pasado quinientos treinta y tres años del Descubrimiento de América, la figura de Cristóbal Colón o Crisóforomo Colombo – como habría sido su verdadero nombre – sigue despertando polémicas y hasta un mito sobre su propia existencia. En realidad, hay algunos datos que hasta la fecha se desconocen del célebre almirante genovés. Con la maestría que lo caracterizó, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos en La Vigilia del Almirante 1, pone en consideración del lector, desde el lado del nuevo mundo descubierto por Colón, la reivindicación del universo indígena que, en esa apasionante novela, el propio navegante reclama para los habitantes primitivos.
Los indicios más verosímiles plantean que probablemente Cristóbal Colón nació en Génova, hacia 1450, en el seno de una familia de modestos menestrales, con intereses comerciales. Fue el mayor de los cinco hijos del matrimonio de Doménico Colombo y Susana Fontanarossa. Por el contrario, Salvador de Madariaga defiende que era converso, de ahí el intento de ocultar su origen; García de la Riega le atribuye un origen gallego; para Luis de Ulloa era un noble catalán -cuyo nombre real sería Joan Colom-, marino, enemigo de Juan II de Aragón, contra quien luchó, que era el supuesto Scolvus que habría llegado a Norteamérica en 1476, ofreciéndole el proyecto de descubrimiento a Fernando el Católico en beneficio de Cataluña. Estas dos últimas hipótesis halagaron a gallegos y catalanes, pero han sido refutadas: el supuesto origen catalán no ha sido demostrado por ningún documento mientras que se falsificó la documentación para demostrar un origen gallego 2.
Las enormes dificultades del Almirante para que se aceptase su empresa recibieron un fuerte apoyo de la reina Isabel 3, figura determinante para que pudiese llevarla a cabo. El libro de Luis Suárez Díaz, Isabel I Reina, es un compendio sumamente ilustrativo para comprender que, esta monarca excepcional del fin de la Edad media fue clave en la construcción del Imperio Español. Sin Isabel, es probable que Colón sí hubiese llegado, pero con enormes riesgos, incluso respecto de su persona.
Más allá del inicio de la Edad Moderna, que muchos historiógrafos atribuyen al Descubrimiento de América, aunque otros atribuyen ese inicio a la caída del Imperio Bizantino en 1453, no cabe duda que Colón aportó a la ciencia y al conocimiento universal tres factores claves. Ello es así, porque la historiografía tradicional mantiene que las ideas de Colón se asentaban sobre tres bases teóricas y científicas que integraron las premisas esenciales de su proyecto.
Las tres fueron elaboradas en el mundo clásico y, a través de Ptolomeo, se proyectaron con absoluta vigencia dogmática hasta el Renacimiento, a saber: La esfericidad de la Tierra; La unicidad del Océano y la subsiguiente posibilidad de atravesarlo navegando hacia Occidente y Las dimensiones atribuidas al globo terráqueo y al grado del círculo terrestre. Recordemos que, por aquel entonces, colectivamente existía la convicción de que el planeta era plano e incluso se llegaba al absurdo de sostener que estaba sostenido por el lomo de elefantes de dimensiones impensadas y que sus movimientos provocaban los sismos. Hasta cambió el sentido de la orientación de los puntos cardinales.
Basta tener en cuenta que, cuando Vasco Núñez de Balboa descubrió el Océano Pacífico, el 29 de septiembre de 1513, lo llamó Mar del Sur, convencido de que había descendido desde el norte hacia el sud. Cuatro viajes emprendió Colón desde España, cuando fue avalado, financiado y autorizado por la Reina Isabel de Castilla. El primero es el que se embarcó en las carabelas denominadas: la Niña, la Pinta y la Santa María y a la isla que actualmente comparten Haití y Santo Domingo la llamó La Española.
Era el 12 de octubre de 1492, cuando Rodrigo de Triana gritó desde el mástil de la nao La Pinta que había divisado tierra. Hay quien dice que el verdadero nombre de Triana era Juan Rodríguez Bermejo. Luego de esos hizo tres expediciones más. Pero esa es otra historia.
1 Alfaguara, Madrid, 1992
3 Luis Suárez Díaz, Ariel, Madrid, 2012
Fuente de la Información: El Once TV