¿Por que San Martín volvió a América?
14/08/2025. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
Sobre este interrogante bien podrían escribirse varios libros, porque es un episodio central de la vida del Libertador por el que no muchos investigadores se preocuparon puntualmente.
Por Abel Cornejo
La historia que se enseña en los colegios dice que vino a poner su espada al servicio de la Revolución, lo cual en sí no es erróneo sino que, simplemente, es una explicación que no alcanza.
En efecto, uno de los biógrafos principales del general José Francisco de San Martín fue Bartolomé Mitre, quien escribió una obra de consulta indispensable titulada Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana, en el año 1869. Allí cuenta que a instancias del caraqueño Francisco de Miranda, quien fue el mentor del republicanismo para Sudamérica, hacia fines el siglo XVIII se había formado una asociación política denominada: “Gran Reunión Americana”.
Miranda merece un artículo aparte, porque fue una personalidad fascinante. En esas largas tenidas en Londres -que es donde comenzó a reunirse- se tenía en cuenta que la política británica, pese a las Invasiones Inglesas a Buenos Aires que fueron una excepción, consistía en la abstención de enemistarse con España y a la vez propiciar solapadamente los movimientos independentistas, porque su economía volvería a ser floreciente dado los ingentes recursos de la región. La impronta que irradió fue tan grande que pronto se constituyó la Logia de Cádiz, en España, a la que también perteneció San Martín. De allí que resulte cuanto menos opinable, que el Libertador alguna vez hubiese adherido a la monarquía como sistema de gobierno, dado que las reuniones de las que formó parte, propiciaban la república.
Ahora bien, decidida la independencia de las colonias sudamericanas, San Martín tuvo que sortear no pocos obstáculos, dado que era coronel del Ejército de Tierra, como hasta el presente se denomina el ejército español, y había sido condecorado por su actuación en la campaña por la independencia española del dominio francés tras la invasión ordenada por Napoleón Bonaparte. Particularmente en los combates de Cuesta del Madero, Arjonilla y sobre todo Bailén. Tan significativo fue este último triunfo a las órdenes del general español Francisco Javier Castaños, que posteriormente Fernando VII, el rey de España repuesto, lo hizo conde de Bailén. Por esas y otras acciones en las que sobresalió el Libertador fue condecorado y distinguido como un oficial destacado en las filas españolas, no obstante que sus planes eran otros.
Pendiente como buen observador que era de los acontecimientos de España, pues la guerra de la independencia de dicho reino se extendió desde 1808 hasta 1814, luego de la llamada Farsa de Bayona, mediante la cual abdicaron la corona en favor de José de Bonaparte, hermano de Napoleón, tanto Carlos IV como su hijo Fernando VII, San Martín pidió la baja del ejército español y se embarcó desde Londres hacia Buenos Aires en la fragata George Canning, arribando al Rio de la Plata el 9 de marzo de 1812. Tenía en aquel tiempo 34 años y rápidamente advirtió sobre la inestabilidad política en que estaba sumido el gobierno del primer Triunvirato, influido fuertemente por su secretario Bernardino Rivadavia.
El Libertador tenía dos objetivos claros a su arribo a estas playas. Por una parte, uno era político, debía constituirse un gobierno que continuara firmemente los ideales de la Revolución de Mayo y concluyese declarando la independencia. Por otro, se debía organizar una fuerza militar capaz de doblegar a una de las fuerzas más poderosas de occidente, como era el ejército español. Fue así que se formó la Logia Lautaro, a la que entre otros integraron San Martín, Carlos María de Alvear, Juan Martín de Pueyrredon, y Bernardo de Monteagudo. De las ideas lautarinas surgió la asonada del 8 de octubre de 1812, mediante la cual asumió el Segundo Triunvirato. Pero esa ya es otra historia.
Fuente de la Información: El Once TV