El Cabildo de Salta
24/09/2025. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
En la vereda sur de la plaza 9 de julio se yergue airoso uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Salta, como es su Cabildo histórico.
Este solar se comenzó a construir a los pocos días de que Hernando de Lerma fundara “la muy noble y leal ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta” el 16 de abril de 1582 y desde entonces hasta ahora permaneció allí. Lo que sí es que lo largo de esos cuatrocientos cuarenta y tres años que transcurrieron, el edificio tuvo varias reformas y modificaciones. Al igual que la primigenia Iglesia Matriz que se ubicaba en las actuales esquinas de España y Zuviría, del solar del primer Cabildo salteño no se conoce exactamente ni cómo fue ni qué características tenía. Posiblemente, haya sido un edificio sencillo aunque de dos plantas, dice la reseña del Museo Histórico del Norte, a la cual transcribimos en varios párrafos sobre esta historia capitular[1]. Debido a los materiales frágiles con que construía y posiblemente una deficiente mano de obra, que exigía del arreglo permanente y hasta su reedificación completamente en diversas oportunidades. Es así que hacia fines del siglo XVIII tenía al frente corredores o recova con columnas de madera, al igual que las barandas de planta alta, techo de torta de barro, muros de adobe y no tenía torre.
En 1789 se inició una reforma de consideración, fundamentalmente en el frente, por cuanto se construyó la recova con los pórticos con arcadas de mampostería, se colocaron los techos de tejas, se construyó el magnífico balcón cuyas ménsulas están talladas con figuras antropomorfas, agregándose además las barandas de hierro de planta alta, Se colocaron lajas en las veredas y se construyó una nueva escalera para subir a planta alta, interviniendo en las obras el Arquitecto y Alarife Felipe González, el Maestro Herrero Don José Marzan y Montes y el carpintero Francisco Torán. Se inauguró en noviembre de 1789 con motivo de la coronación del Rey Carlos IV[2]. En esa oportunidad se encargó también la construcción de un sillón y un cojín de terciopelo bordado en hilos de oro para el gobernador, además de una alfombra y escaños.
En 1797, ante la necesidad de colocar en lugar visible el reloj público que se había sacado de la Iglesia de la Compañía de Jesús, se construyó la torre del Cabildo. Esa torre mantiene una estructura independiente dado que los muros no podían soportar su peso. Su terminación muestra mayor elaboración, remarcada por pilastras toscanas de doble capitel, cornisas muy salientes, ornamentación con cuatro pináculos de cerámica esmaltada de color verde. Como terminación del chapitel se colocó una veleta de hierro forjado y chapa recortada que representa un pajecillo y que actualmente la tradición popular conoce como "el Diablito del Cabildo". La construcción independiente de la torre explica porque no se encuentra debidamente centrada con respecto al eje de simetría del edificio.
Debe recordarse que “El Diablito del Cabildo” es una obra literaria que alcanzó notable difusión, escrito por don Ernesto M. Aráoz. Entre 1807 y 1808 el gobernador interino Tomás Arrigúnaga y Archondo encaró nuevas obras que presumiblemente se hayan ejecutado sobre el patio principal más los calabozos para los presos. Debemos recordar que allí estuvieron detenidos, entre otros Calixto Gauna por orden del gobernador Nicolás Severo de Isasmendi, cuando salta se enteró de la Revolución de Mayo, y se escapó realizando el prodigio de llegar a Buenos Aires galopando durante ocho días consecutivos para llevar la adhesión de Salta al primer movimiento patriótico. También en su Sala Capitular juraron desde 1792, en que Salta se convierte en capital de la provincia de Salta del Tucumán los diferentes gobernadores intendentes. Esta práctica se interrumpió en el año 1856, porque los gobernadores se trasladaron al edificio de la actual Central de policía de la provincia, hasta que se concluyó el edificio de la Legislatura en 1902. Esporádicamente, se utilizó el Cabildo para que los mandatarios prestarán el juramento de práctica, el último en hacerlo fue el coronel Raúl Pablo Aguirre Molina, durante el gobierno de facto del general Roberto Marcelo Levingston, el 14 de agosto de 1970.
Durante el gobierno del nieto del general Martín Miguel de Güemes, el Dr. Martín Gabriel Güemes[3], tercera generación de la familia que gobernó Salta, ante el crecimiento del estado provincial, su nueva organización y la demanda de espacio de las oficinas públicas se tomó la decisión de vender el Cabildo en el año 1888. Se dio la particularidad que en esta venta pública, la Municipalidad de la Capital también recibió una suma de dinero, debido a que antaño los gobernadores también desempeñaron en simultáneo las función de intendentes de la Capital. Por otra parte, el municipio era copropietario del inmueble. La venta, previa tasación se realizó en subasta pública. Fue así que, a principios del siglo pasado se demolió el ángulo noroeste del Cabildo para la construcción de una vivienda estilo francés en la planta alta y locales comerciales en planta baja, donde actualmente se encuentra emplazada la plazoleta IV Siglos; perdiéndose con ello la Sala Capitular y parte de la recova, de tal modo que de los diecisiete arcos que tenía en planta baja y diecinueve en la planta alta, solo quedaron catorce y quince respectivamente. Durante el lapso de cuarenta y ocho años, es decir casi medio siglo, que el Cabildo estuvo en manos privadas, se cerró con una mampara de vidrio la galería superior. En los bajos del edificio histórico funcionó la Casa Villagrán; una vivienda particular, un hospedaje y hasta una fonda. Viejas fotografías muestran su fachada totalmente cambiada y hasta desconocida.
En 1936 merced a la gestión del senador Carlos Serrey el gobierno nacional lo recuperó para su posterior restauración, declarándose Monumento Histórico Nacional, bajo la dependencia de la Comisión Nacional de Museos, Monumentos y Lugares Históricos por Ley N° 12.345. La recova de su fachada - explica Mario Lazarovich[1] - será el modelo que seguirán los demás edificios de la plaza, convirtiéndose ésta en la única del país en adoptar tal recurso. Construido con piedra y adobe y también ladrillos, fue restaurado por el arquitecto Mario Buschiazzo en 1942; posee pisos de baldosones cerámicos, lajas y piedra. La carpintería y tirantería son de madera y los techos llevan tejuelas y tejas coloniales antiguas. Finalmente, abrió sus puertas como Museo Histórico en agosto de 1949. En oportunidad de su restauración se reconstruyeron todos los corredores que rodean al patio mayor, salvo los tres arcos del ángulo suroeste que aún se mantenían en pie. También se reconstruyeron las habitaciones del sector noroeste, que se encontraban muy deterioradas, y se colocó nuevamente al diablito del Cabildo, que misteriosamente había dejado de presidir la aguja de la torre. Pero eso ya es otra historia.
[1] Cabildo/Museo Histórico del Norte, en Argentina.gob.ar/https://www.argentina.gob.ar
[1]https://museodelnorte.cultura.gob.ar
[2] https://museodelnorte.cultura.gob.ar
[3] Atilio Cornejo, Historia de Salta (1862 – 1930) Instituto de Estudios Históricos San Felipe y Santiago, Tomo XII, boletín N° 37, Salta, 1984, pag.148.