Día del Periodista en Argentina: ejercer el oficio en tiempos de tensión y vértigo digital
07/06/2025. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
El día del periodista nos encuentra, una vez más, en un estado de alerta. No se trata solo de una fecha en el calendario ni de un brindis simbólico en las redacciones que cada vez están más vacías.
Por Verónica Cornejo Gómez Naar
El día del periodista nos encuentra, una vez más, en un estado de alerta. No se trata solo de una fecha en el calendario ni de un brindis simbólico en las redacciones que cada vez están más vacías. En un momento incomodo, y es necesario para observar el espejo del oficio ¿Estamos haciendo periodismo o solo corriendo atrás el algoritmo?
Hoy el periodismo argentino atraviesa un doble frente de batalla. Por un lado, el vértigo de las redes sociales, que imponen velocidad por sobre la precisión y convierte en cualquier tuit en una potencial primicia. Del otro, un clima de creciente hostilidad desde el poder político, que alimenta la desconfianza hacia los medios con ataques sistemáticos.
Entre ambos extremos, los periodistas intentan resistir: seguir contando la realidad sin filtros no obediencias.
Las redes sociales que democratizaron la palabra, también desordenaron el ecosistema informativo. El rigor perdió terreno frente la inmediatez. A veces, parecería que importa más llegar primero que decir la verdad. Y la verdad, lo sabemos, lleva tiempo. Verificar una fuente, chequear un dato, contextualizar una historia. Pero el tiempo es un lujo que el nuevo ecosistema muchas veces no permite.
Mientras tanto, desde el poder, los ataques no cesan. El presidente Javier Milei ha decidido confrontar con la prensa sin matices: habla de “ensobrados”, de “mentiras” y de “sicarios de la tinta”. Recientemente, su gobierno impuso nuevas restricciones en la Casa Rosada y eliminó el sorteo de preguntas, una práctica que con sus limitaciones- garantizaba al menos cierta equidad. El mensaje es claro: el periodismo que incomoda será marginado.
Algunos medios y periodistas decidieron contestar en silencio. Otros, con acciones judiciales. Pero lo más preocupante no son los agravios personales: es el intento de deslegitimar el rol mismo del periodismo en una democracia. Si toda crítica es una operación, si todo cuestionamiento es una noticia falsa, el resultado es la desinformación total. Y cuando todo parece una mentira, gana el que grita más fuerte.
En este contexto, iniciativas como la campaña de ADEPA, ATA y ARPA:” hacer periodismo profesional tiene consecuencias. No hacerlo tiene muchas más”, son un gesto necesario. Reivindicar el trabajo serio, la información verificada, el compromiso con los hechos. También es momento de una autocritica interna: el periodismo perdió confianza social, en parte, por errores propios.
Sensacionalismo, polarización, falta de transparencia editorial. Recuperar credibilidad no es una tarea del poder, es un deber del oficio.
La columna vertebral de una sociedad democrática es el acceso a la información. No a la propaganda, no al rumor, no al algoritmo. A la información. Y eso sigue siendo trabajo del periodismo. El verdadero, el que no pide permiso, el que no se calla cuando lo aprietan, el que chequea antes de publicar y corrige cuando se equivoca.
Hoy más que nunca, el periodismo está en guardia. Porque la libertad de prensa no se defiende solo con discursos ni con efemérides. Se defiende todos los días, con una nota publicada, con cada silencio evitado, con cada verdad dicha a tiempo.
Una relación cada vez más tensa con el poder
A Esta crisis se agrega otro frente: la relación entre el periodismo y el gobierno de Javier Milei. “La gente no odia lo suficiente a los periodistas”, posteo el presidente en redes sociales, reavivando un enfrentamiento que no deja de escalar.
Además de los insultos, recientemente se impusieron nuevas restricciones en la Casa Rosada: desde exigencias de vestimenta formal hasta la obligación de justificar la audiencia del medio al que pertenecen. Y lo más polémico: la eliminación del sorteo de preguntas, reemplazado por una selección discrecional del vocero presidencial.
Una encuesta de Zuban Córdoba reveló que el 64% de los argentinos cree que el gobierno se vuelve cada vez más autoritario, y el 62% considera que los ataques de Milei a la prensa afectan la libertad de expresión. Para el 67% es grave que el presidente utilice insultos contra periodistas y medios.
La misma consultora mostró un ranking de imagen positiva entre comunicadores, liderado por Rolando Graña, seguido por Antonio Laje, Gustavo Silvestre, Ernesto Tenembaum, Carlos Pagni, Alejandro Bercovich y Daniela Ballester.
Juicios y fallos judiciales a favor de la libertad de expresión
En las últimas semanas Milei denunció penalmente a Carlos Pagni, Viviana Canosa y Ari Lijalad por calumnias e injurias.
Sin embargo, el Juez Daniel Rafercas desestimó las causas, recordando que el trabajo periodístico está protegido por la libertad de prensa consagrada en la Constitución Nacional y en los tratados internacionales.
Rafecas señalo que Pagni no había comparado a Milei con el nazismo, como sostenía la denuncia presidencial, sino que realizó un análisis histórico sobre el acenso del totalitarismo. En el caso de Lijalad, también descartó que hubiera incurrido en calumnias.
Un país partido en dos
“Hay una división irreconciliable en Argentina y es lo peor que nos pasa. Y va trascender a este Gobierno. La grieta igual va a permanecer porque ya no es política, es cultural en sentido extenso”.
“La grieta ha separado amigos, hermanos, parejas. Esta historia de quien está en contra es un traidor a la patria. La última vez que paso fue en los 50 y duró 50 años”.
“Creo que todos somos la Patria. Nadie tiene el copyright de la Patria. Nadie tiene el copyright de la verdad. Y ojalá que alguna vez podamos superar la grieta”. Dijo el Periodista Jorge Lanata en 2013 en la entrega de los premios Martin fierro.
En este día del Periodista, el oficio sigue peleando por sostener su lugar entre el vértigo de las redes, los ataques del poder y la desconfianza del público. Un ejercicio cotidiano de resistencia, precisión y compromiso con el derecho de todos a estar informados.
Fuente de la Información: Abel Cornejo