Un jefe naval le anticipó a la jueza Yáñez el lugar donde podía estar el submarino
22/11/2018. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
López Mazzeo, suspendido por Srur, declaró en Caleta Olivia y presentó una carta náutica antes del hallazgo
Un día antes del hallazgo del ARA San Juan , un jefe naval declaró ante la Justicia que había información muy certera que ubicaba al submarino en la zona donde finalmente sería encontrado. El viernes pasado, el contraalmirante Luis López Mazzeo declaró durante seis horas ante la jueza federal Marta Yáñez, cuando nada hacía suponer que el área que había marcado con la ayuda de una carta náutica sería el lugar en el que horas después sería hallado el submarino
Se trata de la zona que originalmente fue denominada "área de muy alta probabilidad" por las autoridades navales que participaron de la búsqueda, o Área 1, luego reducida al Área 15A, donde un año y un día después del último contacto el barco Seabed Constructor detectó la nave argentina, a 907 metros de profundidad. Cuando el ARA San Juan se perdió, López Mazzeo era el comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada -la máxima autoridad de la Base Naval de Puerto Belgranoy, como tal, le tocó conducir el operativo de búsqueda y rescate SAR por la desaparición del ARA San Juan.
López Mazzeo, suspendido en diciembre por la investigación interna que llevó adelante la Armada, fue llamado recién ahora a dar su declaración testimonial en la causa judicial. Meses antes, sus abogados se habían presentado espontáneamente en el juzgado de Yáñez, pero no fueron aceptados. Hasta el viernes pasado, día que declaró, pese al feriado judicial. Fue el único de todos los marinos, incluido el exjefe de la Armada Marcelo Srur, que se presentó en los tribunales santacruceños con el uniforme reglamentario. Estuvo varias horas con el equipo de la jueza y se retiró sin hacer declaraciones. Asistió con una carta náutica que le cedió otro capitán de la fuerza y marcó las distancias con un compás de punta seca y un lápiz, con los que detalló el derrotero, el lugar de la última comunicación, el mensaje final y la evaluación de factores que llevaban a pensar que el buque se encontraba en el Área 1.
Según pudo reconstruir LA NACION, a partir de fuentes con acceso a la causa, el contraalmirante aseguró que toda la información recabada durante el SAR lo llevaba a la "convicción cinemática" de que el submarino debía estar en el Área 1. Detalló cómo el buque científico chileno Cabo de Hornos fue el primero que realizó un contacto en la zona, que luego denominarían "punto dato Cabo de Hornos 1".
En su declaración, López Mazzeo explicó cómo otras naves revisaron el sitio sin dar con el buque, por lo que era necesario realizar una búsqueda de fondo, o científica, dentro de los cánones submarinos. A pesar de ello, la información recabada fue cruzada, pocas horas después, con la ubicación que estimaron las distintas fuentes que registraron el "evento anómalo singular, corto, violento y no nuclear consistente con una explosión", incluida la Organización para la Prohibición Total de Pruebas Nucleares (Ctbto).
Completaron estos datos con información de sismógrafos argentinos y todos coincidían en la zona en la que fue finalmente hallado. El jefe naval detalló en su declaración que esos datos fueron precisados al ministro de Defensa, Oscar Aguad. No solo la convicción del sitio en que debería estar el submarino, sino también el ofrecimiento de la Armada británica para continuar con la búsqueda de fondo, que se entendía necesaria para completar el operativo. En ese informe, el contraalmirante y su equipo habían llegado a la conclusión -inevitable y dolorosa- de que no había más vida humana.
Luego de la presentación del informe, que ocurrió en los días del SAR, el almirante Srur inició actuaciones disciplinarias internas contra López Mazzeo y el entonces comandante de la Fuerza de Submarinos, Claudio Villamide, y los apartó del cargo. La sanción fue revocada posteriormente, aunque ambos continúan suspendidos. Los dichos de López Mazzeo fueron apenas horas antes de que una llamada, al filo de la medianoche, le anunciara a la doctora Yáñez el hallazgo de la empresa Ocean Infinity.
LA NACION