Santa Fe figura en el mapa del clan Loza, una de las organizaciones narco más grandes de América Latina
02/06/2021. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Un arrepentido en la causa, que después fue ejecutado por sicarios, declaró que parte de la cocaína que esta banda enviaba a Europa llegaba a la provincia en aviones y que luego salía hacia el viejo continente por vía marítima. Se sospecha que en Ib
El clan Loza es una de las organizaciones criminales más grandes de los últimos tiempos. Once miembros de este clan están siendo juzgados por el Tribunal en lo Penal Económico N°3 de Comodoro Py por lavar en la Argentina más de 800 millones de pesos, a través de decenas de operaciones, como la compra de hoteles, empresas, inmuebles y autos de lujo, entre ellas la Ferrari que usó Diego Maradona en los 90.
Los Loza están acusados de blanquear dinero del narcotráfico, que era la actividad ilegal que manejan desde hace por lo menos tres décadas. Se dedicaban a ingresar grandes cargamentos de cocaína en Europa a través de rutas que cambiaban de acuerdo a la procedencia de la droga. Según la investigación judicial, Santa Fe era una parte clave de este esquema de negocios narcos, cuando la cocaína provenía de Bolivia.
“El arrepentido colaborador en su declaración expresó que Erwin Loza sería el propietario de dos aviones y el flete desde Bolivia o Salta lo hacia él directamente. También agregó que volaban hasta la provincia de Santa Fe y tenían un sistema de transporte de la droga hacia la Capital Federal y el conurbano bonaerense con unas camionetas Hyundai con doble fondo”, señala el expediente al que tuvo acceso Aire de Santa Fe.
El “arrepentido” que apuntó esos detalles se llamaba Diego Xavier Guastini, un financista oriundo de Quilmes, que realizaba transacciones con el clan. Tras declarar en “secreto”, Guastini fue ejecutado de tres tiros por sicarios en la provincia de Buenos Aires la mañana del 28 de octubre de 2019. Este contador de 45 años era dueño de una cueva financiera y se dedicaba a cambiar dinero a gente pesada, entre ellos, a los Loza.
Santa Fe apareció en el mapa de los Loza luego de estas revelaciones que hizo el contador Guastini. En setiembre del año pasado fue detenida la “Reina Tití”, como la conocen a Adelaida Castillo, a quien la investigaban desde hacía más de dos años.
El único rastro que tenían los investigadores era que uno de los camiones que habían pertenecido al clan Loza estaba a nombre de esta mujer de 58 años que es oriunda de Salvador Mazza, en la frontera entre Salta y Yacuiba, Bolivia, donde su familia fue desde hace décadas “bagayera”, el negocio de pasar bultos de contrabando por los pasos ilegales entre los dos países. Castillo, según la investigación, también fue dueña de una peluquería en la frontera durante mucho tiempo, algo que -sospechan los investigadores- usaba como pantalla.
A la Reina Titi la atraparon agentes de Gendarmería en la ruta 9, a la altura de El Paraíso, cuando iba con un convoy de tres camionetas hacia Ibarlucea. Llevaba 382 kilos de cocaína, una cantidad de droga que se sospecha la mayoría estaba destinada al mercado europeo. De dónde salían los cargamentos aún es un misterio. Pero las sospechas apuntan a que la “exportación” se hacía por los puertos de Campana o Rosario, porque la cocaína se acopiaba en Ibarlucea, a 20 kilómetros de Rosario.
En la investigación judicial figura un expediente que se tramitó en Málaga (España), donde parte de esta banda fue interceptada. Una de las vías de salida de la droga hacia Europa era a través de barcos. “Ocultaban la droga en los motores de los contenedores refrigerados, pudiendo entrar unos 30, 40 o 50 kilos de cocaína. Por otro lado “infectaban” la mercadería lícita enviada, como por ejemplo bananas, y también ingresaban la droga en veleros”, señala el informe de la Procuración de Narcocriminalidad (PROCUNAR) que se nutrió de la declaración del contador arrepentido, que se grabó en video.
Desde la semana pasado están siendo juzgados los hermanos Erwin y Valdemar Loza, quienes aparecen como los líderes. José Gonzalo Loza, el otro jefe de la organización, murió en 2019. Según la investigación, acumularon una fortuna con el tráfico de drogas trasnacional y blanquearon el dinero en la Argentina.
En septiembre de 2019, unos 65 bienes muebles e inmuebles incautados al clan fueron objeto del primer fallo basado en el DNU que instauró la extinción de dominio de los bienes provenientes de la corrupción y el crimen organizado.
Además de los tres hermanos Loza, están acusados Clara Fernández, pareja de Erwin; sus sobrinos Gonzalo, Daniel y Alan Loza; el peruano William Weston Millones; Juan Carlos Fernández; Gerardo Cuccione; Javier Silveira López; Estela Gallo; Américo Santi, y Natalia Grosso.
Uno de los cargamentos que movió el clan Loza fue detectado en Lugones, Asturias, el 2 de octubre de 2017. Los 2.500 kilos de cocaína habrían sido trasladados a España en un velero que fue comandado por A.A., un teniente de corbeta argentino, de 38 años, según el dictamen de Procunar. Este miembro de la Armada fue ascendido a teniendo de corbeta en 2010, según indica el Boletín Oficial, y tendría residencia en Paraná, Entre Ríos. Pero no se encuentra entre los once acusados por lavado de dinero del narcotráfico.
Pero la llegada del clan a España fue parte del final de una historia que comienza 30 años antes. La cofradía liderada por los Loza se conformó cuando el negocio del contrabando de cocaína recién comenzaba a dejar dividendos a pesar de los riesgos que representaba ese negocio ilegal. En el requerimiento de elevación a juicio figura que en 1986 y 1990 “José Gonzalo Loza y su hermano Valdemar se encontraban relacionados con el secuestro de 515 gramos de cocaína”.
Con el paso del tiempo, los Loza empezaron a ganar terreno y peso en ese negocio ilícito. El 3 de marzo de 1993 a los hermanos les secuestraron 20 kilos de cocaína. Según el requerimiento de elevación a juicio, “no surge que hayan sido condenados”. “Se creía en ese momento que los Loza eran bolivianos”, señala el documento; en realidad, eran oriundos de Salta.
En otra causa de 1995 (N°98/95 del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°3) se afirmaba que “Loza era un conocido narcotraficante que desplegaba su actividad en varios barrios de la Capital Federal”.
El 29 de mayo de 1998 llegó a la Justicia una denuncia anónima que indicaba que los Loza, que manejaban la distribución de droga en el Mercado Central, preparaban un envío de cocaína a Europa. Se inició la causa 989/98, que determinó que “las personas que estaban realizando las actividades ilícitas eran Valdemar y Gonzalo Loza, y Rafael y Delfín Castedo”.
El nombre de José Loza es mencionado en otra causa (el expediente 9715 del juzgado federal de La Plata) que derivó en la detención de este hombre nacido en Salta el 13 de junio de 2000. Pero la Justicia le perdió el rastro.
Los Loza también aparecen vinculados con otro clan narco del norte del país, liderado por Ernesto Motok, alias “Manco”, condenado por el transporte de 753 kilos de cocaína secuestrados en la localidad bonaerense de José C. Paz, en 2005.
Según se probó en la investigación, la droga se encontraba oculta en un cargamento de bananas que ingresó al país desde Bolivia y que iba a ser recibido por el hermano de Ernesto, Alejandrino Motok.
En el expediente José Loza aparece conectado, en 2011, a otro grupo narcocriminal liderado por Carlos Oroño, que fue condenado a seis años de prisión en 2014. En la investigación que realizó la Policía Federal se señala que Oroño estaba “íntimamente relacionado” con “una familia jujeña de apellido Loza-Caravajal”.
En otro operativo, llamado “Leones Blancos”, del 29 de diciembre de 2013, cuando a un grupo colombiano en La Reja, Moreno, le secuestraron 481 kilos de cocaína ocultos en estatuas de felinos, estuvo involucrado como supuesto proveedor Erwin Loza, hermano de José, y uno de los líderes de la cofradía mayorista de cocaína.
Después de todo el recorrido del clan Loza a lo largo de 30 años, el 1° de agosto de 2017 la DEA informó a los investigadores argentinos la identidad de los miembros del clan Loza, que “se dedicaban al tráfico de estupefacientes y al lavado de activos”. En ese momento volvieron a estar en el radar de los investigadores argentinos.
Fuente de la Información: Aire de Santa Fe