Piden reabrir un centro sanitario para tratar adicciones en Morillo
03/08/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Tras el reiterado reclamo de comunidades indígenas por el preocupante consumo de sustancias adictivas en las infancias y adolescencias en la localidad de Coronel Juan Solá o Morillo, se convocó a una reunión multisectorial para buscar soluciones
Tras el reiterado reclamo de comunidades indígenas por el preocupante consumo de sustancias adictivas en las infancias y adolescencias en la localidad de Coronel Juan Solá o Morillo, se convocó a una reunión multisectorial para buscar soluciones. La problemática del consumo de alcohol y otras sustancias
Con el fin de evitar (entre otras muchas consecuencias) la judicialización de casos de niños, niñas y adolescentes, se realizó una reunión multisectorial en Coronel Juan Solá (conocido también como Morillo o Rivadavia Banda Norte), pueblo caracterizado por la masificación del consumo de sustancias adictivas, incluida la inhalación de combustibles. En la reunión surgió la necesidad de reabrir un centro sanitario que abordaba las adicciones y que cerró el año pasado por falta de financiamiento para los trabajadores contratados.
“A mi me llegan (los chicos y chicas menores de edad) cuando se cometió un delito, por situaciones de violencia, o si terminan tirados en la vía pública”, indicó el asesor de Incapaces de Embarcación, José Eduardo Cortéz, para dar cuenta del proceso de empeoramiento de su condición que transitan niños, niñas y adolescentes con consumos problemáticos de esa pequeña localidad del departamento Rivadavia, en el norte salteño, con alto porcentaje de población originaria.
Cortéz participó de la reunión convocada por el interventor de Morillo, Marcelo Córdova.
Entre los objetivos de ese encuentro se manifestó la necesidad de evitar la judicialización de las infancias y adolescencias de la zona que, en un gran porcentaje, se encuentran en situación de consumo problemático por inhalación de combustibles o ingesta de alcohol etílico.
Del relato de referentes de las comunidades originarias surgió la importancia que tuvo el centro sociosanitario que se encargaba de articular acciones para dar tratamiento a quienes estaban en situación de adicción, e incluso apuntaba a la prevención.
Sucede que el consumo de alcohol y combustibles viene por lo menos desde hace una década. Frente a esta situación, en 2018 se inauguró el centro sociosanitario, que quedó bajo la órbita del ahora desaparecido Ministerio de Asuntos Indígenas de la provincia.
Con la pandemia el centro tuvo que restringir la atención. Fue justo en el cambio de gestión provincial entre Juan Manuel Urtubey y Gustavo Sáenz.
La gestión actual lo reabrió tras la pandemia y el centro continuó en funcionamiento con seis operadores comunitarios. Según un comunicado oficial del Ministerio Público Pupilar, de agosto de 2022, ya en ese momento había informado a Cortéz de la necesidad “de que el Hospital local cuente con protocolos de desintoxicación de jóvenes que presentan episodios aislados de consumo”, por lo que el funcionario solicitó informes al Ministerio de Salud Pública.
La atención en este centro cesó el año pasado cuando se terminaron los contratos de los operadores que se desempeñaban ahí. “Requerimos la reapertura, pero a raíz de la situación económica estamos en tratativas todavía”, contó Cortéz al ser consultado por la continuidad del centro.
Los registros de tratamientos por adicciones en el Hospital de Morillo indican un porcentaje muy bajo. Los índices no se corresponderían con la realidad que se vive, aunque cada caso “sigue siendo muy grave”, afirmó Cortez.
Sin embargo, ante la falta de información, se dispuso que dentro del programa de Atención Primaria de la Salud (APS) los agentes sanitarios releven datos en las comunidades indígenas y actúen como nexo con las necesidades que surjan en esa indagación.
A partir de allí se prevé realizar un plan de acción que cubra aunque fuera en parte el trabajo que realizaba el centro sanitario.
Un llamado a los adultos
En la reunión se solicitó también a las comunidades a trabajar en la corresponsabilidad de los padres y madres para que acompañen a los más chicos. Cortéz advirtió que esto se debe hacer en conjunto respetando también la idiosincracia de las familias originarias en cuanto a la crianza.
El asesor público señaló también como otro aspecto que agrava el consumo problemático el hecho de que “muchas familias tienen a su vez miembros mayores en situación de consumo” problemático de alcohol. Se prevé tratar estas situaciones con los agentes del programa UNIR.
Por otro lado, Cortéz manifestó que en los casos de niños, niñas y adolescentes judicializados, se hace un seguimiento una vez que salen del sistema judicial.
Indicó que la Asesoría interviene ante otros organismos públicos con el fin de que se cumplan los tratamientos dado que los chicos y chicas con estas problemáticas son de “familias de escasísimos recursos” económicos. Esto implica que no pueden afrontar, por ejemplo, el traslado desde Morillo hasta las ciudades ubicadas en el departamento San Martín, en donde se llevan a cabo los tratamientos de consumo.
“Lo bueno es que el sistema de salud ahora tiene un psicólogo y una asistente social permanente en el Hospital” de Morillo, se animó Cortéz. Esto, afirmó, les permite "trabajar de manera coordinada" y que puedan informarles "de situaciones de consumo, o incluso de desnutrición”. Sucede que en las comunidades indígenas suele complicarse el tratamiento de niños y niñas detectados en riesgo nutricional, en muchos casos porque la experiencia de las familias es que el sistema de salud los devuelve “en un cajón”, según indican estudios antropológicos.
Los profesionales que ahora están de manera permanente y con estabilidad laboral pueden intervenir y con los referentes indígenas y trabajar para que los pacientes reingresen al sistema sanitario. “Antes solamente hacían las residencias, y en algún momento nos quedábamos sin esos profesionales”, admitió el asesor.
Fuente de la Información: Página 12