La violación a la intimidad en el marco de violencia de género digital
22/07/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Hace un mes aproximadamente vi recién estrenada la serie “Intimidad” en Netflix. El primer episodio nos sitúa en lo que viven 2 mujeres que atraviesan dos historias parecidas pero cada una de ellas la vive en entornos diferentes.
Por Natalia Buira
Una de ellas es Ane, operaria de una fábrica mayoritariamente masculina, hombres entre quienes circula un video y unas fotos que muestran a Ane en relaciones sexuales. La misma se ha dirigido a las autoridades mismas de la fábrica en la que trabaja y dichas autoridades han hecho oídos sordos a su grave problemática. Sabemos que esta joven sola, superada por la violación a su intimidad terminará suicidándose, sin haber denunciado el delito, ya que en España al contrario de Argentina, ya es un delito penal la violación de la intimidad utilizando las llamadas TIC que hace alusión a las tecnologías de la informática y la comunicación.
Mientras tanto la otra mujer es Marlen, vice alcaldesa de la hermosa ciudad de Bilbao, y candidata a ocupar el sillón de alcaldesa en las próximas elecciones. Quien luego de salir de su hora de natación ve que todos los noticieros están reproduciendo un video que se ha filtrado donde aparece ella teniendo relaciones sexuales con un hombre en una playa.
El partido al que pertenece la vice alcaldesa le pide la renuncia a su cargo actual y también a su candidatura a alcaldesa, porque el partido, compuesto mayoritariamente en su plana mayor por hombres considera que se ha afectado su imagen pública y el honor, olvidando que la principal víctima es a quien le están exigiendo la renuncia.
La serie nos muestra como este delito de violación a la intimidad de las mujeres afecta no solo a las víctimas en primer lugar sino a su grupo familiar.
La situación que atraviesan esta dos mujeres víctimas es la misma: la exposición pública por los medios de comunicación y las redes sociales de su intimidad, aunque ambas vivan entornos diferentes: a Ane, la obrera en la fábrica nadie la escucha ni siquiera las propias autoridades de la fábrica, sus compañeros no se solidarizan con ella sino todo lo contrario, Ane no le cuenta ni a su hermana ni a su pareja, se encuentra sola y termina suicidándose.
Mientras Marlen, la vice alcaldesa tiene otros recursos entre ellos una voz pública y logra sostenerse a pesar que no quiere hacer la denuncia correspondiente a un delito sabiendo que constituye una responsabilidad con ella misma y con las demás mujeres, solo quiere seguir adelante con su vida.
Aparece también Alicia Vázquez, la inspectora del departamento central de delitos en tecnología de la información, que incluye aquellos que atentan contra la intimidad de las personas, quien llevará adelante las investigaciones de ambos delitos. La inspectora expresa sobre las víctimas de estos delitos lo siguiente: “Se creen culpables, se sienten sucias y no tienen a nadie que las ayude”. Son víctimas, la mayoría con excepción de la vice alcaldesa, ignoradas, a la intemperie, con su rabia y humillación a cuestas pero todas, todas son víctimas de un delito y de violencia de género.
Esta serie está inspirada en historias reales: en la historia de dos mujeres españolas reales; una concejal española del PSOE en Toledo y una empleada de la fábrica IVECO quien terminó suicidándose en 2019.
En Argentina todavía no hay una ley que proteja a las víctimas de estos delitos a pesar que hace diez años se presentan proyectos de ley al efecto que el patriarcado hace que no se conviertan en ley, porque el patriarcado está acostumbrado a consumir el cuerpo de las mujeres como si de un objeto público se tratara que se intercambian por whatsapp o telegram.
A principios de este mes de julio se presentaron dos proyectos por la diputada Mónica Macha; uno conocido como ley Belén y otro como ley Olimpia.
El proyecto que lleva el nombre de Belén San Román, la joven que fue inducida al suicidio en Bragado, tipifica como delito y castiga la obtención, la extorsión y la difusión no consentida de material íntimo y /o de desnudez, y/o de material que retrata violencia sexual, y/o prácticas de “porn deep fake” que significa cuando se le pone el rostro de una persona, generalmente mujer, a una imagen de pornografía.
El otro proyecto se llama Ley Olimpia en homenaje a la activista mexicana e incorpora a la violencia digital o en línea a la ley 26485, que es la ley nacional para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres. Es violencia de género digital aquella que se ejerce mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y que implique la comunicación, reproducción y difusión por cualquier medio de material digital real o simulado, íntimo o de desnudez de las mujeres, sin su consentimiento, discursos de odio de género, patrones estereotipados sexistas o que impliquen situaciones de acoso, amenaza, extorsión o control virtual como toda otra acción que atente contra la integridad sexual o identidad digital de las mujeres a través de las TIC.
Sabemos las mujeres que la penalización no es la única vía, también lo son las políticas públicas educativas, ambas ausentes en nuestro país y en nuestra provincia.
QUE SEA LEY. (La Ley Belén y la Ley Olimpia).
Fuente de la Información: Aries