Diputadas 23%, senadoras 9%: la paridad aprobada no llega a las bancas
02/12/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Nueve años después de la sanción de la Ley de Paridad en Salta, la presencia de mujeres en los cuerpos legislativos continúa lejos del equilibrio que marca la normativa.
El nuevo informe elaborado por Ciudadana Comunicación evidencia que, tras cinco elecciones generales y dos PASO bajo la Ley 7.955, la igualdad formal que aparece en las listas electorales no se traduce en igualdad real al momento de ocupar bancas.
La ley, aprobada en noviembre de 2016, estableció un cupo 50/50 e intercalamiento de géneros en todas las listas provinciales y municipales, con excepción de los cargos unipersonales. Sin embargo, casi una década después, la Legislatura Bicameral mantiene una estructura marcadamente desigual, con diferencias profundas entre Diputados y Senadores.
Diputados: 23% de representación y un retroceso departamental
La Cámara de Diputados cuenta actualmente con 14 mujeres sobre 60 bancas, lo que equivale al 23,33%, una cifra inferior al 32% que se registró en 2021, cuando había 19 diputadas. Aunque el número total de mujeres se mantuvo respecto del período anterior, la renovación implicó retrocesos en distintos departamentos. Siete bancas femeninas que concluyeron su mandato fueron reemplazadas por varones, en particular en Chicoana, Anta, Metán y Orán. Capital sigue siendo la excepción: concentra nueve de las catorce diputadas, más de la mitad de toda la representación femenina en la Cámara.
Senadores: solo 2 mujeres en 23 bancas
La Cámara Alta presenta un escenario aún más crítico. Solo dos mujeres ocupan las veintitrés bancas del Senado, lo que representa apenas un 8,7%. Hasta el último recambio eran tres, pero Sonia Magno, de San Carlos, no renovó su mandato. La proporción resultante es extrema: en promedio, una senadora por cada diez senadores varones. Se trata de uno de los niveles más bajos de representación femenina en cámaras altas provinciales de todo el país.
Mapa departamental
El análisis territorial revela la profundidad de la desigualdad. Rosario de Lerma es el único departamento que cuenta con representación femenina en ambas cámaras. Anta tiene senadora, pero no diputadas, mientras que Capital registra diputadas, pero ninguna senadora. En los diecisiete departamentos restantes no hay ninguna mujer ocupando una banca legislativa, ni en Diputados ni en Senadores. La distribución reproduce así un mapa político donde la participación femenina depende casi exclusivamente de la competitividad y las listas de los departamentos más grandes.
Según el informe de Ciudadana Comunicación, la razón principal es que la ley garantiza paridad en la conformación de las listas, pero no en los resultados.
En la mayoría de los departamentos, especialmente en el Senado, se elige un solo cargo. Las listas suelen estar encabezadas por varones y, al ser elecciones uninominales, esa persona termina accediendo a la banca. Lo mismo sucede en Diputados en los departamentos que eligen uno o dos escaños: aún con un armado paritario, si el primer lugar está ocupado por un varón, la elección completa termina sin representación femenina.
La lógica del arrastre electoral profundiza esa tendencia, ya que los encabezamientos de listas continúan en manos de dirigentes varones con mayor instalación territorial. El efecto general es que la paridad modifica la oferta electoral pero no corrige la forma en que los votos se traducen en bancas, por lo que la composición real sigue siendo desproporcionada.
Fuente de la Información: Nuevo Diario