El Coronel Don José De Moldes
12/11/2025. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
¿Qué tuvieron en común Martín Miguel de Güemes y el coronel don José de Moldes? Su año de nacimiento: 1785 ¿Simpatizaron Güemes y Moldes? Hasta el año de 1816, donde se produjo el distanciamiento que tuvo carácter definitivo.
Ambos tuvieron vidas breves. Güemes vivió treinta y seis años. Moldes, treinta y nueve. Güemes nació el 7 u 8 de febrero, Moldes el, 1 de enero de 1785. Los dos nacieron en Salta. Ambos murieron asesinados. Güemes por un balazo cobarde y artero, el 17 de junio de 1821 en la Cañada de la Horqueta. Moldes, envenenado, en la ciudad de Buenos Aires, 18 de abril de 1824. Varias similitudes entre dos personajes claves de su tiempo. Mucho más conocido uno que el otro. Empero, la vida de Moldes, que cayó en el olvido, hasta que lo rescató Luis Arturo Torino de los anales de la historia en su libro Semblanza del coronel José de Moldes[1], merece un especial reconocimiento y que tenga un sitial preferencial, dado sus importantísimos servicios a la causa de la independencia y al nacimiento de la Patria.
Nació en el seno de una familia pudiente, sus padres decidieron que junto a su hermano Eustoquio se educara en el Colegio de Nobles de Madrid. Para darse una idea de la envergadura de ese establecimiento educativo, fue una institución de primeras letras y latinidad. Fue fundado el 21 de septiembre de 1725 bajo el real patrocinio de Felipe V, destinado a la educación de jóvenes nobles. Comenzó su actividad el 18 de octubre de 1727 con la dirección de la Compañía de Jesús, ubicado hasta 1730 en un edificio cercano al Colegio Imperial, que regentaba esa orden. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767 fue cerrado y enseguida reabierto en 1770 con directores nombrados por el rey. El reinado de Fernando VI, quien concedió diversas mercedes a los seminaristas, constituyó el momento de mayor apogeo de la institución. Con la invasión francesa de 1808-1814 el edificio fue convertido en cuartel. En 1826 fue reabierto de nuevo por los jesuitas dentro del Colegio Imperial y en 1835 cambió su denominación por la de Seminario Cristino, pero fue clausurado en 1836 al suprimirse los privilegios de la nobleza con el gobierno liberal progresista de Mendizábal[2]. Allí también se educaron los hermanos y próceres salteños Francisco y José de Gurruchaga, existiendo entre todos, una sólida amistad e intereses revolucionarios comunes.
Al sobresalir en estudios y conducta, el propio rey de Carlos IV lo designó teniente de la Guardia de Corps, este cuerpo era el regimiento encargado de la custodia real. La invasión napoleónica fue el disparador que torció su destino hacia otros rumbos. Antes de abandonar la península Ibérica, Moldes protagonizó un comentado lance a sable donde le dio muerte a un oficial francés de apellido Reguiéres, a quien le dio muerte. Con este episodio comenzó su leyenda de ser indómito y temerario. Cuando Moldes regresa a América en 1809, hacía rato que tenía en miras la idea independentista, consolidada, además, por la sólida formación intelectual que había adquirido. Bernardo Frías es otro de los historiadores salteños que resalta los valores patrióticos de José de Moldes. Lo describe con un carácter indócil y una fina inteligencia, con fuerte disposición para el mando y un gran apego al orden. Al llegar a Buenos Aires, mantuvo conversaciones con Cornelio Saavedra y participó de las reuniones conspirativas que se celebraban en la célebre Jabonería de Vieytes, en donde trabó amistad con Saturnino Rodríguez Peña. Moldes ya formaba por entonces parte de la Sociedad de Caballeros Racionales, que en Buenos Aires transmutó como la Logia Lautaro, a la que pertenecieron San Martín, Alvear, Monteagudo, entre otros próceres.
De allí fue hacia Córdoba, donde estaba radicado temporalmente Tomás de Allende quien tenía contactos en dicha ciudad y más tarde sería gobernador de Salta. Al llegar a su ciudad natal participó de una conspiración contra el gobernador realista Nicolás Severo de Isasmendi, a quien el virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros amonestó por no haber sido más estricto con los conjurados. Moldes continuó viaje hasta los confines del Virreinato y recorrió varias ciudades altoperuanas en busca de adeptos a la causa revolucionaria. A su regreso, el 25 de mayo de 1810 lo encontró otra vez en Córdoba. Torino le atribuye ser el creador de la escarapela nacional, en la ciudad de Mendoza en 1811, donde fue designado teniente de gobernador. A la par de ello la Junta de Buenos Aires le otorgó la jerarquía militar de sargento mayor. Moldes posteriormente y pese a sus desavenencias políticas con el Primer Triunvirato se incorporó al Ejército Auxiliar del Perú, donde al poco tiempo fue nombrado segundo jefe y allí combatió en las Piedras y Tucumán, donde tuvo una actuación decisiva Previamente fue una figura determinante en el Éxodo Jujeño. Su apego por el orden más su ascenso por Manuel Belgrano a la subjefatura en una tropa insurrecta como era el Ejército Auxiliar del Perú, provocó que se generarse una sublevación en su contra y del barón Eduardo de Holmberg, militar austríaco que combatió heroicamente. Ninguno de los dos pelearía en la Batalla de Salta. Belgrano en compensación ascendió a Moldes a coronel.
No obstante, Moldes regresó a Salta donde fue electo diputado a la Asamblea General que se celebró en 1813, donde tuvo una activa participación y comenzó a ser considerado por un sector importante como un posible líder político. A raíz de ello es que devino el enfrentamiento con Güemes, pues luego de la Paz de los Cerrillos, el héroe gaucho le planteó a Juan Martín de Pueyrredón, a cambió de su apoyo para que asumiese como director supremo, cargo al que también aspiraba Moldes, que retirase de Salta al Ejército Auxiliar del Perú. En el Congreso de Tucumán, Pueyrredón fue electo jefe del Estado con el apoyo güemista, lo cual provocó la ira de Moldes, quien hasta entonces tenía también posibilidades de serlo. Moldes había tenido el respaldo de Güemes para ser electo como diputado a al Congreso que declaró la independencia, sin embargo a diferencia de José Ignacio Gorriti y Mariano Boedo que fueron aceptados por los representantes porteños, el pliego del coronel fue rechazado a instancias de Pueyrredón que advertía en él a un serio competidor. Este episodio puso fin a la relación entre Güemes y Moldes. La malquerencia con Güemes distanció a Moldes también de José de San Martín, férreo defensor del caudillo.
En 1817 Güemes confinó a Moldes por considerarlo conspirador y se lo envió a Belgrano a Tucumán, quien decidió encerrarlo en la Ciudadela. A su vez desde Buenos Aires, Pueyrredón que antes había sido su amigo, también le formuló cargos de traición. Al final se resolvió desterrarlo engrillado a Chile, reclamándole Moldes a San Martín mayor humanidad en el trato a un oficial que había servido dignamente a la causa. Cuando el Ejército de Los Andes partió al Perú en 1819, Moldes recién recuperó su libertad por disposición expresa de Bernardo O’Higgins, quien pese a todas las versiones tenía un alto concepto del coronel salteño. Otros historiadores dicen que Moldes se fugó. Desde allí hasta el domingo de Pascuas, el 18 de abril ce 1824, luego que transitara incansablemente el camino de Córdoba a Buenos Aires, denunciando hechos de corrupción murió envenenado, víctima de la incomprensión de su congéneres, y más de allá de la fiereza de su carácter y la firmeza de sus convicciones, fue sin duda un Catón argentino. Censor publico de incansable celo, como lo afirma Luis Arturo Torino en su encomiable biografía.
[1] INTI, Salta, 1991.
[2] Real Seminario De Nobles de Madrid (1725 - 1836), Universitat Rovira i Virgili, http://www.grelinap.recerca.urv.cat › projectes › entradas