Mujeres Wichis en Salta se unieron contra el abuso sexual
23/03/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Según sus testimonios, los hombres "utilizan a las mujeres y niñas indigenas sólo por placer".
Mujeres Wichis en Salta se unieron para denunciar los abusos y violencias de las que son víctimas. Las violaciones a niñas, adolescentes y mujeres indígenas de la comunidad generalmente son silenciadas al contrario de lo que pasa con mujeres que sufren lo mismo en el casco urbano.
“Las violaciones son una práctica aberrante que viene pasando desde hace muchísimos años y es la herencia que tienen los criollos del ejército argentino, que también violaba en banda a las mujeres indígenas cuando se estaba haciendo la República. Hasta el día de hoy no se pudo erradicar”, afirma Octorina Zamora, presidenta de la Organización Kaianteya del Pueblo Wichí y una destacada líder de esa comunidad en Salta.
“Esto sigue pasando pero no se le da difusión, quedan en total silencio. Son terribles los casos de violaciones en grupo y las que ocurren individualmente: es algo que se da todo el tiempo”, resalta Zamora.
Según Zamora el acceso a la justicia es limitado, y resalta que la mayoría de los delitos quedan impunes.
Más de 20 mujeres de la comunidad Misión Kilómetro 2, próxima a la localidad de Pluma de Pato, sobre la ruta nacional 81, en el Chaco salteño, se juntaron para pedir acceso a la justicia y ser escuchadas, y sobre todo, visibilizadas.
“Quisimos exponer lo que se hace con las mujeres indígenas, cómo los criollos las utilizan sólo por placer. Hicimos reuniones y surgió con firmeza la idea de buscar la identidad de sus hijos e hijas, cuyos progenitores son de pueblos aledaños pero no los reconocen, ni a los niños ni los abusos que se cometieron con sus madres”, denuncia Zamora a Diario La Nación.
Las mujeres escribieron una carta dirigida al ministro de Seguridad y Justicia de Salta, Abel Cornejo, donde pidieron justicia y dejar de ser invisibilizadas y silenciadas.
Agregan que sus niñas y niños “son hijos de personas que caminan impunemente por las calles del pueblo”, como todos aquellos que “en su momento quisieron ‘satisfacer’ con nuestros cuerpos sus deseos sexuales. Se nos ríen en nuestras caras actuando con el silencio y el consentimiento de mucha gente que es indiferente a nuestro dolor, al de nuestros ninos”.
Fuente de la Información: a24