La red de trata pagaba hasta $30 mil a adolescentes por “llevar” a una amiga
30/10/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
La abogada Sandra Domene, que participa como querellante, dijo que es posible que la organización tuviera ramificaciones en localidades vecinas. Sigue la investigación federal
“Le pagaban una suma de dinero por brindar los datos de otra amiga o presentarla, una suma de 30 mil pesos sin hacer nada", aseguró ayer la abogada Sandra Domene, querellante en representación de una de las víctimas en el caso de red de trata de alumnas de colegios secundarios de Salta, al contar más detalles que se analizan en la investigación que lleva adelante el fiscal federal general, Eduardo Villalba.
La abogada comenzó a intervenir este mes, luego de que la madre de una de las 33 víctimas de la red detectadas hasta ahora se enterara de la situación de su hija.
Si bien la investigación se retrotrae a la primera denuncia del caso a mediados de 2024, cuando otra tutora hizo la denuncia en la Justicia provincial, la representada por Domene fue captada en febrero de este año.
“Era como un sistema Ponzi”, dijo a este diario la abogada al comparar la forma de captación de esta red con el esquema de estafa piramidal, en donde por cada integrante que se sumaba a la llamada red, se sumaban rendimientos a quien más personas añadía.
Tanto Domene como el defensor de las Víctimas de la Justicia Federal, Nicolás Escándar, sostuvieron que de los testimonios de las víctimas surge que los imputados buscaban a las chicas en los colegios secundarios. Esta premisa hace caer en principio la defensa de los acusados que aseguran que desconocían que las chicas eran menores de edad. Además, fuentes de la investigación señalaron a Salta/12 que la mayoría de las estudiantes tienen una ostensible apariencia de niñas.
Domene afirmó que en este caso “no se puede hablar de prostitución, sino de explotación sexual” porque son chicas menores de edad.
En cuanto a su representada, afirmó que atravesó una situación similar a la de otras adolescentes captadas por la red. En este caso, la Justicia Federal la rastreó por el relato de otras víctimas y la psicóloga que actúa en la causa la incentivó a contarle a su mamá, quien se enteró recién este mes de lo acontecido.
“Hay cosas que (las víctimas) pueden decir, otras que no, y depende delante de quien”, ratificó Domene. Añadió que las chicas “no sabían el apellido de nadie”, sino “nombres, diminutivos o adjetivo gentilicio”. En esta línea, señaló que hay imputados residentes en jurisdicciones vecinas, por lo que no descartó que el delito se haya ramificado también fuera de la ciudad de Salta.
La abogada adelantó que espera presentar un escrito del cual entiende que podría surgir otro imputado. En esta causa se investigan delitos que van desde abuso sexual, pasando por trata con explotación sexual y asociación ilícita.
Por otro lado, se supo que entre los imputados hay un hombre que les decía a las niñas y adolescentes que no tuvieran encuentros sexuales con otros “señores” por plata. Pero a la vez les tomaba fotografías. Según indicó Escándar, aquí podría haber un delito de pornografía infantil.
De los relatos surge que quienes pagaban para los encuentros sexuales eran hombres mayores de 45 años y de hasta 70 años. “Hay uno que les ofrecía drogas” a las chicas, por lo que al haber consumido no tenían dimensión de la extensión del tiempo y de las acciones realizadas durante el mismo.
A ello sumó que uno de los imputados incluso buscó pagar a una chica por una despedida de soltero, y que también se hacían “fiestas sexuales”.
En la mayoría de los casos se trataba de varones con alto poder adquisitivo, se supo que entre los detenidos hay empresarios.
"Esclavitud moderna”
La abogada Sandra Domene afirmó que ya el hecho de ser menor de edad pone a la persona en una situación de vulnerabilidad frente a otras personas que se aprovechan de la diferencia de edad para manipularlas. “No estamos hablando de un chico de 19 años”, afirmó.
Abundó en el hecho de que las “buscaban colegialas por la vulnerabilidad de la edad de las víctimas”, y aprovechaban esa condición para buscarlas en los horarios que asistían a las instituciones educativas. “Incluso las chicas iban con las mochilas o con el uniforme o se cambiaban antes. Les preguntaban incluso de las notas del colegio. Así que no podían decir que desconocían que eran menores de edad”, insistió.
“Es la nueva esclavitud moderna”, añadió la abogada al sostener que no se puede hablar de prostitución como tampoco de “clientes”. “Un cliente es tal cuando hay una voluntad recíproca de compra y venta. Acá se justifica el pago a través de la explotación. Y al no haber voluntad (pues se trata de menores de edad), todo el resto (de posible defensa) se cae”, aseguró.
Fuente de la Información: Página 12