La Mujer de Piedra
11/09/2025. Noticias de Interés > Noticias de Salta
Leyendo un muy buen logrado artículo escrito en el sitio El arcón de la historia argentina, titulado Esteco y la leyenda de la mujer de piedra, podemos revivir una antiquísima tradición de Salta que se fue transmitiendo de generación en generación
Por: Abel Cornejo
Leyendo un muy buen logrado artículo escrito en el sitio El arcón de la historia argentina, titulado Esteco y la leyenda de la mujer de piedra, podemos revivir una antiquísima tradición de Salta que se fue transmitiendo de generación en generación, luego de los luctuosos sucesos ocurridos por los movimientos telúricos ocurridos en esa desaparecida ciudad, entre el 13 y 15 de septiembre de 1692, de inusitada intensidad, dada la poca superficie en que se movieron las capas tectónicas
A escala de Ritcher, habrían sido de 6.1, pero a escasos kilómetros de la superficie. Se cuenta en esa lograda nota que la primera Esteco, fue fundada hacia el año 1566, cuando a raíz de un motín contra Francisco de Aguirre, el entonces gobernador del Tucumán y a su vez fundador de Santiago del Estero un grupo de los sublevados, decidió fundar una nueva villa en el límite sur de Salta, a la que llamarán Cáceres, a pocos kilómetros de Santiago. La villa comenzó a prosperar y muchos de los vecinos de Santiago del Estero se retiraron hacia este nuevo poblado y el 15 de agosto de 1567, la corona española decide oficializar su fundación, otorgándole el nombre de “Nuestra Señora de Talavera”.
Esa primera Esteco, poblada por una minoría de españoles y una mayoría amerindia (tonocotés, lules y matarás), entró en decadencia por la disminución de su actividad comercial y la persistencia de los conflictos creados por la inhumana explotación del trabajo indígena y fue abandonada. Quien escribe estas líneas desea aclarar, que una segunda Esteco fue fundada en lo que hoy es la localidad anteña de El Vencido, distante a treinta y tres kilómetros de Quebrachal y también fue abandonada por los continuos ataques de las tribus circundantes, hasta que se instaló alrededor de quince kilómetros de la actual ciudad de San José de Metán, cuyos primeros habitantes serían los sobrevivientes de los terremotos de 1692 Fue entonces que el 8 de noviembre de 1609, Diego Pacheco, también entonces gobernador del Tucumán se fundó “la tercera Esteco” con el nombre de “Nuestra Señora de Talavera de Madrid”, una ciudad que siguió llamándose Esteco por sus pobladores y que según los registros oficiales, fue la ciudad más rica y poderosa del norte argentino.
Otro artículo publicado en la Revista Acrópolis, reitera esta versión. Al parecer esta tercera ciudad fue floreciente y próspera. Soportó una invasión de yaguaretés que se comieron varios niños y una serie de plagas, que Plano de la ciudad de Esteco se atribuyeron a una vida licenciosa y hedonista.
De tal suerte, que un día llegó un forastero, anciano y desprolijo, de largas y blancas barbas, vestido con ropas ajadas, con los pies ampollados y heridos, como si fuese un antiguo peregrino salido del fin del mundo. Iba de puerta en puerta de las casas estequeñas pidiendo un bocado y a su vez propalaba la fe en Cristo. Era objeto de burlas y desprecio. Hasta que un labriego español desposado con una mujer indígena le dieron asilo y comida. La hija del matrimonio se llamaba Milagros. La familia que lo acogió también era paupérrima pero misericordiosa, entonces el enciano decidió marcharse, no sin antes prevenirlos que como castigo divino vendrían fuertes terremotos que dejarían a la ciudad desolada y tal vez se la tragara la tierra.
Eso ocurrió la noche del 12 de septiembre. En la madrugada del 13, apenas despuntaban las primeras luces del alba, el forastero se marchó y al despedirse les dijo: Salta saltará, Tucumán florecerá y Esteco se hundirá. Otros atribuyen esta frase al fraile José Carrión, cuando escuchó una voz en Salta que le decía que debían sacar al Cristo guardado por las calles en procesión para que cesaran los terremotos. El sacerdote estaba hincado frente al Alta de las Animas. Tras el forastero partió la familia. Sin embargo la mujer, que había salido con lo puesto, volvió a buscar algunos bienes preciados y cuando comenzaron los primeros remezones alrededor de las diez de la mañana, corrió despavorida, mirando hacia atrás como se iba moviendo y abriendo la tierra, y de pronto quedó convertida en piedra. Desde entonces hasta hoy, se recuerda esta leyenda e incluso algunos dicen que año tras años avanza hacia la ciudad de Salta
Fuente de la Información: El Once TV