La memoria se enseña, se aprende y se defiende
25/09/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Organismos de derechos humanos, familiares, militantes y referentes políticos recordaron en La Caldera la Masacre de El Gallinato. Coincidieron en la necesidad de hacer de la memoria un ejercicio colectivo
Organismos de derechos humanos, familiares, militantes y referentes políticos recordaron en La Caldera la Masacre de El Gallinato. Con la presencia de estudiantes y docentes de la Escuela Nº 4118, las voces coincidieron en la necesidad de hacer de la memoria un ejercicio colectivo frente al avance de discursos negacionistas.
Este miércoles por la mañana, en el paraje El Gallinato de La Caldera, se llevó adelante un nuevo acto para recordar la Masacre de Gallinato. A 49 años de aquellos hechos del 24 al 25 de septiembre de 1976 en que un operativo militar secuestró, asesinó y desapareció a Silvia Benjamina Aramayo, Gemma Ana María Fernández Arcieri de Gamboa, Héctor Domingo “Guilo” Gamboa, Daniel Loto Zurita, Carlos Estanislao Figueroa Rojas y Martín Miguel Cobos. También fue asesinado el estudiante universitario Angel Rodríguez Concha.
La Mesa de Derechos Humanos de Salta y la Asociación Miguel Ragone encabezaron el homenaje, que ya se encuentra institucionalizado en el municipio de La Caldera gracias a las ordenanzas 595 y 798. El acto contó con la presencia de familiares de desaparecidos, autoridades municipales y provinciales, referentes de organismos de derechos humanos y, de manera especial, de directivos, docentes y estudiantes de la Escuela Nº 4118 “Dr. Gustavo Martínez Zuviría”, quienes fueron reconocidos por sostener la memoria en las aulas.
Nenina Lescano, de Familiares de Detenidos Desaparecidos, la primera en hablar, recordó que el acto también tiene que ver con miles de otras desapariciones y muertes, porque "el terrorismo (de Estado) no tenía fechas fijas". "Fue clandestino, ejercido por fuerzas de seguridad, por civiles y por sectores políticos", expresó.
Elena Rivero, Nenina Lescano, Soledad Romero, Elia Fernández y Nora Leonard
Lescano contó que su padre desapareció en Santiago del Estero antes del golpe de 1976, en el Operativo Independencia, y fue hallado en el Pozo de Vargas junto a más de 120 personas. Por eso insistió en que lo que ocurrió en Salta también se dio en toda la Argentina y América Latina mediante el Plan Cóndor.
"La memoria tiene que servirnos para defender la universidad pública, la soberanía y la identidad de nuestro pueblo. Estas masacres fueron para silenciar al pueblo. Y todavía hoy hay quienes no quieren que tengamos memoria", manifestó la referente de derechos humanos.
La escuela como refugio
En ese clima, Elena Rivero, de la Asociación de Derechos Humanos Coca Gallardo, se dirigió especialmente a los niños y niñas presentes. Señaló que si bien no vivieron la época del terrorismo de Estado, "la construcción de la memoria tiene que ser en la escuela" porque es importante mantener una "memoria histórica para entender qué pasó en este país y por qué pasó". Dijo además que detrás de las masacres es innegable que hubo intereses económicos.
"La dictadura del 76 se llevó a los mejores compañeros. Después tuvimos a Menem, a Macri y ahora a Milei. Es una continuidad histórica de darle mucho a los que ya tienen mucho y nada a los demás", cuestionó. Subrayó que por eso es necesario defender y militar la memoria, verdad y justicia, "porque este gobierno fascista (en referencia a Javier Milei) pretende borrar la memoria de nuestro pueblo”.
Docentes y estudiantes de la Escuela Nº 4118
En la misma línea, Alicia Ramos, militante feminista y vecina de La Calderilla, emocionó a los presentes al recuperar una experiencia olvidada. Contó que cuando terminó la dictadura armaron una "primera legislatura democrática". Desde allí se impulsó la ley provincial 6343, de Educación por los Derechos Humanos, con el objetivo de que los derechos humanos se enseñaran en todas las escuelas desde 1986. "Hicimos cartillas, formamos comisiones, fuimos a cada escuela. Esa ley existe, pero nunca se cumplió", lamentó.
"Hoy, jubilada, pero no de mis sueños, sigo creyendo que la escuela debe ser el primer espacio de práctica de los derechos humanos. Eso es lo que quiero dejar como aporte”, manifestó.
Derrotas y resistencias
Fernando Pequeño, de la Asociación Miguel Ragone, aportó una reflexión. Sostuvo que actualmente se vive en "un mundo tan narcisista que parece que militar es poner algo en el celular. Pero la lucha es colectiva, siempre". Se puede "perder batallas", pero eso no quita la experiencia de la resistencia, aseguró. "Los desaparecidos de Gallinato, Palomitas, o Ragone, están presentes en lo que somos y sentimos. Estos chicos de la escuela son una promesa de que lo popular va a seguir vivo”, agregó.
Por su parte, Elia Fernández, de HIJOS Salta, cargó de imágenes la transmisión generacional. Recordó que en sus primeras acciones dentro de la militancia hacía las siluetas de los desaparecidos, pero con el cuerpo de sus hijos como molde. "Mis hijos me decían ‘¿hasta cuándo?’ Y yo les respondía: nunca me voy a cansar. Porque esto es una pesada herencia, pero es un legado que no se abandona", manifestó. Acto seguido, agradeció a militantes históricas en Salta, como Nora Leonard, Elena Rivero, Nenina Lescano, Coca Gallardo (ya fallecida), porque "todas ellas nos enseñaron que la memoria es resistencia”.
Alicia Ramos y su hijo durante el acto
El presidente del Comité contra la Tortura de Salta, Rodrigo Sola, llevó la adhesión oficial del organismo. Dijo que el Comité lleva adelante distintas acciones judiciales y de monitoreo en lugares de encierro, lo que evidenció que "muchas de las prácticas de violencia institucional que existen hoy son resabios de la dictadura, y que muchas torturas o malos tratos que denunciamos no han desaparecido, sino que se reconfiguran".
Recordó que en la Megacausa, de 2012, se probó que "muchos compañeros fueron dinamitados en Gallinato" y que además sus cuerpos siguen desaparecidos. Por lo que el Comité reiteró su "compromiso por la construcción de una sociedad como ellos la soñaron, buscando verdad y justicia”. Se cree que al menos 18 personas fueron asesinadas en el abra de El Gallinato.
Universidad, pueblo y convicciones
El secretario general de ADIUNSa, Diego Maita, vinculó la memoria con la historia de la Universidad Nacional de Salta. Señaló que muchos de los desaparecidos eran estudiantes y docentes de la UNSa; sus nombres hoy están presentes en las aulas. Dijo que "recordar no es solo mirar atrás" sino que "es entender que ese plan de exterminio sigue vigente en políticas que endeudan, que reprimen y que despojan".
En ese sentido, insistió en que "la universidad que defendemos no es para regalar saberes a las mineras, es para el pueblo”. También agradeció el acompañamiento de los organismos de derechos en las distintas acciones en defensa de la universidad pública, como en la reciente Tercera Marcha Federal Universitaria, del 17 de septiembre.
Por su parte, el diputado provincial por La Caldera, Luis Mendaña, aseguró que se está transitando "un año dificilísimo, con un Presidente que cada vez corre más la línea hacia el libertarismo", y consideró que ese escenario "exige convicciones más fuertes que nunca". "Los compañeros de Gallinato murieron por vivir en sus convicciones, y hoy nosotros tenemos que vivir en las nuestras para que su ejemplo no se apague”, expresó.
El cierre fue a cargo del intendente de La Caldera, Diego Zumbay, que compartió una anécdota personal antes de dejar su mensaje: “Hoy me encontré con mi profesora de cívica, Nora Leonard, después de 30 años. Ella me mandó a entrevistar al presidente de un partido cuando era adolescente, y así nació mi interés por la política. Eso es lo que tenemos que inculcar nosotros hacia las nuevas generaciones", aseguró.
Dijo que no se debe olvidar lo que ha pasado. "Debe quedar como un ideal vigente. Desde este pueblo, desde este pedacito del suelo argentino, tenemos que decir nunca más a la dictadura, nunca más al terrorismo de Estado, nunca más a las políticas que van en contra de nuestro pueblo”, subrayó.
El acto terminó con abrazos y aplausos. Y con la certeza compartida, como dijeron los organizadores del acto, de que "la memoria no se archiva", sino que "se ejerce, se transmite, se reconfigura, guardando en su silencio la fuerza de quienes soñaron un mundo más justo".
Fuente de la Información: Página 12