#JimenaSalas / Con Arancibia nunca se sabe
22/02/2020. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
El doctor Marcelo Arancibia, junto a su colaborador técnico, el doctor Marcos Rubinovich; se suman al equipo formado por los doctores Luciano Romano y Laura Flores Mejía, para representar a Sergio Vargas, único detenido por el crimen de Jimena Salas en
“Determinarás asimismo una cosa, y te será firme,
Y sobre tus caminos resplandecerá luz”. Job 22:28
“Vargas, lo busca el doctor Marcelo Arancibia. Tiene que firmar un poder para que lo represente”, retumbó el vozarrón del guardia. Fue la primera buena noticia que el reo recibió en meses, durante su infame enclaustre en la alcaldía.
Solo a unos metros de esa “sucursal del infierno”, dos abogados se encontraban para acordar la estrategia que delineará la defensa técnica de Sergio Vargas, acusado de ser participe en el crimen de Jimena Salas, en 2017.
Los hilos del destino harían que tres hombres hicieran punta sobre el filo de uno de los acontecimientos más enigmáticos de la historia judicial de la Ciudad de Salta. El crimen de Jimena Salas en el interior de su vivienda, en Vaqueros.
El primero de ellos, un humilde vendedor ambulante, quien fue situado por la fiscalía entre el mediodía del 27 de enero de 2017; y las dos de la tarde de ese fatídico día, en el barrio San Nicolás.
El segundo es el abogado Luciano Romano, quien con su socia, la doctora Laura Flores Mejía decidieron hacerse cargo de la defensa de Vargas, ante los rezos desesperados de su familia y las lágrimas de su madre en las puertas de tribunales. Obvio que Romano y Flores Mejia aceptaron la representación como ad honorem.
La madre, el abogado y las ecuaciones
Las lágrimas corrían por las mejillas agrietadas de la anciana mientras las cámaras del canal local de televisión captaban el doloroso momento: “Mi hijo no hizo eso que dijeron que hizo. Solo vende calzados por la calle”. Mientras a sus nietos les esperaban vivir el invierno más duro de sus vidas, sin puerta en la humilde vivienda y con su padre en la cárcel. Ese era el peor de los escenarios y los Vargas iban a padecerlo, mientras se preguntaban cómo Job, “Señor porque nos abandonaste”.
En algún recodo de la lógica y el equilibrio del Universo debe existir la bendición de las ecuaciones, después de todo Einstein diseñó una sola que explica todas las leyes de la naturaleza juntas. Pues bien, esa ecuación tenía que aparecer en las secuencias que se venían sucediendo desde 2017, tras el macabro crimen. Porque todo tiene que ver con todo y Vargas se mueve en ese sistema de secuencias, las cuales como en un perverso laboratorio, lo unieron como ácidos y bases al sangriento y ultimo día en la vida de Jimena Salas.
En una ocasión el director de cine, Enrique Piñeyro, le dijo a quien escribe estas líneas y acerca del caso de Fernando Carrera, que cuando el Estado asienta todo su peso sobre un solo sujeto y éste no tiene forma de sobrevivir, es cuando hay que actuar desde el lugar que fuere. Así nació el documental que lo salvó: “El Rati Horror Show”.
El hecho de que todo un aparato estatal haya posado sus ojos sobre un hombre simple, quien no guarda la más mínima similitud con un cómplice de asesinato, y como dice el juez Eugenio Raúl Zaffaroni: “La portación de rostro es el delito más común en Sudamérica”, todo comienza a tomar la forma de una pesadilla de la cual ese ser humano se convierte en un número. Uno más que acrecienta la superpoblación en la alcaldía.
Del otro lado de la curva un abogado de 66 años, quien está lejos del retiro y quien es famoso por haber formado parte de los juicios más resonantes de la historia judicial local y un litigante que es recordado por haber salvado la vida de uno de los “perejiles”, en el resonante juicio por el asesinato de Cassandre Bouvier y Houria Moumni.
Daniel Vilte fue uno de los acusados del doble crimen de las turistas francesas y fue el único que resultó absuelto. Los otros dos, Daniel Lasi, quien “confesó” el crimen y Santos Clemente Vera, aun recluido en Villa Las Rosas, son los “pagotes” de aquella historia. Daniel recibió el patrocinio ad honorem del letrado y ganó su libertad.
Entre tanto parece ser que los rezos de la familia de Vargas llegaron al Cielo y alguien envó un “mail de Dios” directo a la alcaldía. Uno de los litigantes más respetados y experimentados del fuero penal, y de los más famosos en el medio local por haber enviado a la cárcel al asesino de los hermanitos Leguina, entre otras docenas de juicios con resultados positivos, acaba de sumarse a su defensa, lo que de seguro significará un condimento de mucha relevancia al momento de realizarse el juicio.
“Será justicia”
Se espera que el debate oral y público se lleve a cabo durante el año 2020 y en el cual estarán sentados en el banquillo de los acusados, Nicolás Federico Cajal Gauffin, el viudo de la señora Salas, de quien los fiscales ampliaron la imputación por el delito de encubrimiento agravado luego de ocurrido el hecho, caratulado como homicidio triplemente calificado por ser cometido con alevosía y ensañamiento y por precio o promesa remuneratoria.
En cuanto a Vargas, la acusación es ininteligible, ya que pasó de ser acusado bajo la caratula de homicidio triplemente calificado con alevosía y ensañamiento; a ser signado como “campana”, mientras los otros dos asesinos –quienes jamás aparecieron– ejecutaban a la víctima en el interior de la vivienda.
Por todo lo antes mencionado y consignado, Sergio Vargas ingresará a la sala de juicio promediando la mitad del año 2020, pero no estará solo. El equipo que lo defiende está formado por Luciano Romano y su colaboradora técnica, la doctora Laura Flores; junto a Marcelo Arancibia, quien recibirá la asistencia de otro joven abogado, el doctor Marcos Rubinovich.
Tras 42 años de batallar juicios imposibles, este experto en Derecho Penal y litigios complejos de la historia de la Provincia de Salta, se suma para formar parte de uno de los episodios más sórdidos en los que la Justicia no ha podido dar con los autores materiales de lo que durante dos años se creía, sería un crimen perfecto.
Habrá que escuchar a la fiscalía en lo que tiene para acusar a Nicolás Federico Cajal Gauffin y Sergio Vargas, solo que, con éste ultimo, tendrán que tener en cuenta un concepto: “Con Arancibia nunca se sabe”.
Fuente de la Información: Muy Crítico