El policía juzgado por participar de un procedimiento falso para robar 53 kg de coca fue absuelto
14/11/2020. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Para los jueces del Tribunal Oral Federal 1 no existe certeza respecto a su intervención criminal en el hecho, por lo que decidieron absolverlo por el beneficio de la duda. La fiscalía, en tanto, adelantó que apelará el fallo.
La última audiencia de juicio, en la que se escuchó los alegatos de las partes respecto a la responsabilidad penal del hecho, fue finalmente favorable al oficial inspector David Torres, quien habíallegado a juicio acusado del delito de concusión por su presunta participación en un falso procedimiento que despojó a un comerciante de la suma de 50 mil pesos y 53 kilos de hojas de coca.
Para el tribunal, integrado por la jueza Marta Snopek, Federico Díaz y Marcelo Juárez Almaraz, los elementos de pruebas presentados por la fiscalía no fueron suficientes para acreditar la responsabilidad del policía en el hecho por el cual, tres de sus compañeros ya fueron condenados.
“Si tuvo alguna participación, ya sea sí estuvo en el escenario o si conocía del hecho, este tribuna no advierte la existencia de elementos objetivos de pruebas que pongan a Torres en ese escenario o que pruebe que haya participado en los hechos”, sostuvo la presidenta del tribunal tras dar a conocer el veredicto.
La jueza cuestionó los diversos testimonios, en especial el del policía Helvio Reyes, uno de los compañeros, ya condenado, quien sindicó a Torres como participante en la maniobra planeada por los agentes de la División Antidrogas de la Subdelegación Orán, de la Policía Federal.
La jueza indicó que lo señalado por Reyes fue un “testimonio aislado” y que el testigo sólo buscaba “favorecerse” ante la fiscalía. Por otra parte, y respecto a una serie de mensajes de textos enviados por Torres a otro policía para entorpecer la investigación del falso procedimiento, la jueza le resto valor probatorio.
“Hay dudas”, agregó la magistrada sobre el sentido de estos mensajes y los relegó a segundo plano, para luego destacar que en el allanamiento realizado en la casa de Torres, no se encontraron pruebas de cargo en contra del oficial.
Por otra parte, y al referirse a la coartada alegada por la defensa respecto a que Torres, el día del hecho el 9 de abril pasado, llevó a sus hijos al médico, la jueza tomó distancia del cuestionamiento realizado por la fiscalía sobre esta prueba, la cual fue sostenida por un médico amigo del defensor.
Fisura
En torno a este punto, se advirtió una fisura en el tribunal, pues el juez Díaz, al esbozar sus argumentos, sostuvo que el “testimonio del médico no es creíble, por lo que la coartada no resulta atendible”. No obstante, coincidió en que existen dudas respecto al caso y que ello favoreció al policía.
Snopek, por último, cuestionó también el testimonio del comerciante Raúl Argañaráz, quien fue la víctima del falso procedimiento y denunciante del hecho. “Le creemos, pero el relato fue mutando”, dijo la jueza, quien criticó el hecho de que no haya sido preciso al describir a Torres como uno de los que participó en la maniobra.
Este aspecto también fue remarcado por el juez Díaz, quien reprochó que el comerciante, al ver las fotos de los policías acusados, no llegó a apuntar a Torres como uno de los que intervinieron. “Al no haber certeza, no podemos condenar”, concluyó.
Juárez Almaraz, por su parte, resaltó también la existencia de “indicios aislados que intentaron ser entrelazados con el testimonio de Reyes para formar una prueba sólida”, lo cual no sucedió. En ese orden, cuestionó el testimonio del policía que sindicó a Torres, al que le restó valor probatorio, sin embargo, dijo que “a Torres no lo desvinculamos totalmente del proceso”.
Acusación
Previamente, en el turno de los alegatos, Villalba se mostró contundente y sostuvo la acusación contra Torres por considerarlo coautor del delito de concusión, acusación que surge del falso procedimiento concretado el 9 de abril pasado en Orán, cuando junto a otros tres policías, Helvio Reyes, Juan Manuel Rollano Manriquez y Sergio Ramón Salinas Nuñez, “armaron” un falso procedimiento y le robaron a un comerciante 53 kilos de hojas de coca y 50 mil pesos.
Por este hecho, Reyes, Rollano Manríquez y Salinas Núñez reconocieron su participación delictiva y fueron condenados a penas de 2 a 3 años de prisión, lo que se formalizó mediantes acuerdos plenos que fueron homologados por el juez Guillermo Elías, de la Cámara Federal de Apelaciones.
En su exposición de argumentos, el fiscal ponderó la investigación de la Procunar Noa, el testimonio de los tres policías y reconoció que “si bien el imputado colaborador no puede sustentar una sentencia condenatoria, en este caso hay otras pruebas, tanto testimoniales y objetivas, que dan mayor peso a la acusación”.
Villalba, al describir paso a paso el hecho, sostuvo que el procedimiento tuvo un único y sólo fin, el cual era apropiarse de la mercadería para dedicarse a la venta de hoja de coca, una actividad que en el momento del ocurrido el hecho se trataba de un negocio muy redituable, dada la escasez del producto y la fuerte demanda existente.
Señaló que los policías armaron todo desde su inicio, contactaron al comerciante, quien buscaba paliar la crisis con la venta de hojas de coca, ya que su restaurante cerró las puertas debido a las medidas sanitarias impuestas por la pandemia del coronavirus.
Actos de corrupción
Dijo que los policías de la subdelegación, integrada por más de 70 hombres, lejos de dedicarse a combatir el delito, se habían volcado a pergeñar este accionar delictivo para sacar provecho propio, una situación que ya era conocida en Orán respecto a que los policías federales de esa jurisdicción “se dedicaban a picar el boleto”, término que describe distintos actos de corrupción con beneficio propio.
Tanto Reyes como Rollano Manríquez y Salinas Núñez, sindicaron a Torres como el cuarto interviniente en la maniobra. Incluso señalaron que utilizaron su automóvil, un Peugeot 207 blanco, para concretar el falso procedimiento, en el cual al comerciante le quitaron todo a cambio de iniciarle una causa penal.
En todo momento, Villalba resaltó la inexistencia de fisura entre lo relatado por Reyes y el resto de las pruebas presentadas en el debate, entre las que destacó las testimoniales de otros policías que apuntaron a Torres, quien se mostró “nervioso” al enterarse de la denuncia del comerciante y la correspondiente investigación del caso.
Entre los distintos testimonios, se refirió a lo declarado por el policía Sebastián Díaz, quien reveló que al iniciar las pesquisas del robo de las hojas de coca y el dinero, recibió tres mensajes de Torres, quien al hablar al final del debate, reconoció haber mandado dichos mensajes.
La fiscalía indicó que el mensaje era la “vedette de las pruebas” pues allí Torres le pidió a Díaz que deseche una prueba que podría haber sido clave para el caso. “No vayas a ver las cámaras, después te explico, decile al sub que ahí no hay cámaras”, fue el pedido del oficial a su colega.
Para el fiscal, Torres corrió con la suerte de que en el lugar elegido para concretar la maniobra delictiva no había cámaras, una precaución que no fue dejada al azar. Indicó que los mensajes se tratan de una prueba de cargo objetiva y directa, la cual confirma la participación de Torres en el hecho y va de la mano con otras pruebas.
Al respecto, no puede dejar de señalarse que la explicación del abogado defensor, Fabián Camaño y del propio imputado sobre los mensajes resultan contradictorias entre sí y tampoco encajan en los argumentos defensivos.
Camaño afirmó que, en realidad, lo que Torres había hecho a través de esos mensajes era avisarle a Díaz que ahí no había cámaras, pues así era, sin embargo, Díaz recordó y Sosa ratificó, que el mensaje también decía que después le explicaba “al sub” (Sosa), pero esa explicación nunca llegó.
Por su parte el acusado, al hablar previo a la deliberación, dijo que le había mandado esos mensajes a Díaz porque estaba “caliente” de que se estuviera investigando en favor del dueño de las hojas de coca que era un narco.
Nervioso
En ese sentido, mencionó a otros policías que testificaron y fundamentaron esta hipótesis, entre ellos el subcomisario Sosa, quien había llegado para hacerse cargo de la dependencia y dirigió la investigación interna del caso. Señaló también a otros efectivos, quienes indicaron que Torres estaba muy nervioso por la investigación en curso.
A todo ello, mencionó aspectos de lo declarado por Argañaraz, quien describió a Torres como el conductor del auto que apareció en escena, un testimonio que se suma a las tres declaraciones de los efectivos ya condenados, a la del policía Díaz, de Sosa y de los otros compañeros de la delegación.
De esta manera, el fiscal destacó que la carga probatoria es suficiente para demostrar la participación de Torres en el caso.
Asimismo, desechó la coartada alegada por la defensa respecto a que su defendido, ese día, llevó a sus hijos al médico, lo cual fue sostenido por un médico, cuya testimonial llegó de manera tardía con el detalle de que el galeno resultó ser amigo del defensor y que nunca presentaron documental que acredite dicha consulta al médico.
Camaño, por su parte, descartó el peso de las pruebas presentadas por la fiscalía, en especial apuntó contra Reyes y trató de alimentar la idea de que la acusación contra Torres fue producto de una interna, tanto dentro de la delegación como con otro comerciante que tenía contacto con los efectivos de esa división.
El defensor, quien insistió sobremanera respecto a la “memoria”, sus efectos, defectos y otros derivados, cuestionó a los policías que incriminaron a su cliente, desacreditó al comerciante que fue víctima del hecho y defendió la actuación del médico que dio fe de que Torres, el día del hecho, se presentó con sus hijos en una clínica de Orán por problemas de salud de los menores.
Fuente de la Información: El Tribuno