Cuatreros tienen a maltraer a productores ganaderos de Anta
02/04/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Pese a denuncias concretas con profusa prueba, siguen operando con impunidad. Un pequeño ganadero de González cuestionó el desempeño de la Fiscalía Penal.
Productores ganaderos de Joaquín V. González se sienten huérfanos de justicia, porque cuatreros de la zona siguen causando estragos en la hacienda con total impunidad. En los últimos tiempos sufrieron cruentas matanzas de animales sin que se dispongan medidas oportunas. Carlos Navarro, pequeño productor damnificado, calificó de "lamentable" el desempeño de la fiscal penal Celeste García Pisacic.
El productor ganadero, abogado de profesión, sostuvo que el proceder de la Fiscalía "evidencia un total desinterés y negligencia para llegar al fondo de las cuestiones sometidas a su tratamiento".
Afirmó que en él, como en otros afectados, el reiterado accionar de los delincuentes deja un sabor amargo por el tiempo perdido en denuncias. "Los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra, amenazando a quienes no pueden lograr el amparo judicial, porque las trabas que pone la propia acusadora, o las medidas que dispone, superan los argumentos que cualquier defensor pudiera ejercitar en defensa de un malhechor", afirmó.
El pasado sábado 26, a altas horas de la noche, Navarro fue alertado con un llamado de un robo de terneros que se perpetraba en su campo, a un kilómetro de González, sobre la ruta 16. El propietario instruyó a gente que estaba en la vivienda de la finca para que se acercara al potrero a ver lo que pasaba. Allí enfocaron con una linterna a dos cuatreros que huyeron raudamente, dejando a un ternero acuchillado con saña. Muy cerca, sobre las tranqueras que dan a la ruta 16, los esperaba un cómplice en una camioneta Ford blanca, con reflectores sobre el techo de la cabina, dominio WQT 961, en la que escaparon a toda velocidad por un camino vecinal que lleva a la zona de los barrios San Antonio, Facundo Quiroga y El Bajo.
"A este accionar lo vienen realizando con frecuencia, según quejas de vecinos que sufrieron robos similares y que, concordantemente, describieron la camioneta en la que se mueven", remarcó Navarro. "Incluso lograron tomar fotografías de la camioneta y la patente, pero no se atrevieron a denunciarlos porque son ladrones acostumbrados no solo a delinquir, sino también a infundir temor con amenazas", aseguró. Tras recabar informaciones y verificar la situación del campo y de los animales, el pasado 28 de marzo Navarro denunció el ilícito en la Comisaría 50, acusando con nombre y apellido a los presuntos autores. También indicó sus domicilios y destacó muy especialmente su peligrosidad. Por ello, solicitó que se les ordene abstenerse a cualquier amenaza o acercamiento. "La Fiscalía no dispuso ninguna medida cautelar en resguardo de mi persona ni de mi bienes, por lo que la responsabilizo de cualquier consecuencia que pudiera derivarse de la omisión de imponer al menos una perimetral o prohibición de acercamiento", manifestó Navarro.
En la referida denuncia se aportaron testigos, tomas fotográficas de la camioneta implicada y un pormenorizado relato de los hechos. "Pero todo quedo en la nada, ya que las pocas y tardías medidas dispuestas terminaron siendo inconducentes e irrelevantes", sostuvo el denunciante.
El productor afectado está convencido de que fue la liviandad de las actuaciones la que envalentonó a los acusados para que volvieran a su finca, solo tres noches después de la primera incursión de abigeato, y estacionaran la Ford frente a la tranquera del campo "con total impunidad y a los ojos de todos, menos de los policías y la Fiscalía de González, que una vez más no los vieron o no los quisieron ver", enfatizó Navarro.
Tras ser alertado por un vecino de su finca, el productor llamó desesperadamente a la fiscal. "No me respondió", aclaró el afectado. Luego llamó a la auxiliar fiscal, Magdalena Olmos, quien dispuso enviar un móvil policial. "Confiado, me dirigí al lugar con la idea de encontrarme allí con la policía, aunque para mayor precaución, y mientras me trasladaba desde mi domicilio hasta la finca, comencé a llamar a la Unidad policial y a la Comisaría. En algunos números me respondieron que ya había salido el móvil y en otros no me atendieron, pero lo lamentable fue que al llegar solo vi la camioneta de los acusados contra la tranquera de mi finca, operando libremente en propiedad ajena, y no había llegado ningún móvil policial", precisó Navarro.
Ante la situación, preocupado por su integridad física, pasó de largo y escondió su vehículo más adelante. Luego, caminando entre la maleza, se acercó a la banquina de la ruta y constató que era la misma camioneta con que tres noches antes habían cometido el ilícito de abigeato. Allí observó a uno de los acusados, como conductor, junto a otra persona que lo acompañaba. Navarro regresó a su vehículo e insistió con los llamados a la auxiliar fiscal y a números de la Policía para que se apuraran, pero los móviles llegaron cuando los sindicados cuatreros ya se habían retirado tranquilamente del lugar.
Frustrado, Navarro enfiló hacia la seccional policial y pidió hablar con el nuevo comisario, Franco Orellana, quien lo escuchó atentamente y se comprometió a realizar las más diligentes medidas que estuvieran a su alcance. Efectivamente, horas más tarde, policías apresaron a los acusados y encontraron en la camioneta un arma de pequeño calibre. Sin embargo, a pesar de la copiosa prueba y las concretas denuncias formuladas en su contra, solo permanecieron demorados tres horas y salieron como si nada. "Con un proceder serio y diligente, la Fiscalía debería haber solicitado su detención, al menos por los días necesarios para una profunda averiguación de los hechos y una correcta investigación, ya que había constatado anteriormente la existencia del ternero acuchillado con desmedida crueldad, lo que ameritaría un tratamiento profundo de la causa", planteó Navarro, tras recordar, como suelen repetir los penalistas, que "la justicia que tarda es la verdad que huye".
Fuente de la Información: El Tribuno