Argentinidad marginal: el trasfondo del triple femicidio
12/10/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Una trama que mezcla narcotráfico, consumo, prostitución y abandono. Un fenómeno cada vez más preocupante: cómo el narcotráfico ha ganado terreno en la Argentina cooptando jóvenes vulnerables
Morena Verri (20), Brenda Del Castillo (20) y Lara Morena Gutiérrez (15) desaparecieron el viernes 19 de septiembre cuando subieron a una camioneta blanca en la rotonda de La Tablada, en La Matanza. Cinco días después, en la madrugada del miércoles 24, sus cuerpos fueron hallados enterrados en el jardín de una casa en Villa Vatteone, Florencio Varela, con señales de tortura extrema y mutilaciones. A Lara le cortaron los cinco dedos de una mano y le amputaron una oreja, Brenda presentaba múltiples heridas punzocortantes y un golpe devastador en la cabeza y Morena fue masacrada a golpes, con fractura cervical.
Un asesinato bestial como pocas veces se vio. Las víctimas son víctimas, aunque conocer su psicología ayuda a entender un fenómeno cada vez más preocupante: cómo el narcotráfico ha ganado terreno en la Argentina cooptando jóvenes vulnerables.
Adolescentes. Brenda Loreley Del Castillo vivía en Ciudad Evita con su madre y hermanos, y siendo madre de un bebé intentaba sostener el hogar con trabajos formales como atención en un kiosco y ventas por redes, aunque allegados admiten que debía recurrir en ocasiones a changas informales para llegar a fin de mes. Su abogado, Javier Baños, afirma a NOTICIAS que aún no lograron construir un perfil claro: “Desconozco si ‘trabajaban juntas’, no tengo esa información. Lo de la fiesta, tengo entendido, por comentarios, que les habrían ofrecido 300 dolares a cada una para hacer de una suerte de ‘presencia’, pero nada preciso. Son todos dichos de dichos. A lo largo de los días descubrimos cuál fue su derrotero, pero entiendo que Brenda estaba en el lugar y en el momento equivocados”. Sobre su hijo Lucca, de apenas un año de vida, Baños confirma “que está al cuidado de sus familiares directos” y agrega: “Los padres de Brenda están muy afectados. Es gente humilde. No hemos indagado ni en sus medios ni modos de vida. Centramos la atención en lo que concierne a la investigación. Es un caso de mucha repercusión que afecta a toda la sociedad argentina. Lo que sucedió es una aberración. Si como sociedad no nos moviliza esta situación, entiendo que estamos perdidos”.
Morena, prima de Brenda, compartía con ella aspiraciones, carencias y vínculos. En redes sociales publicó horas antes de la desaparición una foto dentro de la camioneta, mostrando utensilios de “Baby Yoda” y “Luigi”, simpáticos muñequitos no eran otra cosa que dispositivos para consumir “Tusi”, la droga que supuestamente utilizaban cuando salían juntas. Por su parte, Lara, la más efervescente e histriónica de las tres, con solo 15 años, vivía con su abuela y según sus vecinos era dulce y tímida, todo lo opuesto a cómo se mostraba en redes y cuando salía por la noche.
Registro televisivo. Semanas antes del crimen, Lara protagonizó un móvil televisivo en el programa de Sergio Lapegüe en América, presentándose bajo el nombre “Luna” y afirmando tener 20 años. En ese reportaje confesó que ejercía la prostitución: “Si pagan en dólares, mejor”, dijo. También denunció abusos durante su trabajo: "Estamos desnudas, nos sacan fotos… nos tiran agua caliente”. Esa intervención pública no hizo más que abrir una ventana mostrando toda la crudeza de su vulnerabilidad.
Luego del hallazgo, circularon filtraciones sobre el informe forense de Lara que describían mutilaciones atroces. Sin embargo, su madre, Estela, salió a desmentirlas y aseguró que esas versiones no corresponden a informes oficiales. Reclamó también que los medios de comunicación dejen de responsabilizar a las víctimas y que se respete la memoria de su hija menor de edad.
La hipótesis más difundida por la fiscalía sostiene que Brenda habría sustraído un cargamento de cocaína de unos tres kilos, perteneciente a la banda narcocriminal liderada por “Pequeño J”, detenido a última hora del martes, lo que habría desencadenado la venganza. En paralelo, la presencia de la droga Tusi se inserta en la trama, ya que las jóvenes habrían sido convocadas a una fiesta con la promesa de diversión segura, señuelo para el horror que les esperaba.
Esa noche abordaron la camioneta con patente falsificada en Bajo Flores, viajaron por La Matanza y llegaron a Florencio Varela, donde fueron torturadas y parte del tormento transmitido en vivo en un chat cerrado de Instagram, antes de ser asesinadas y enterradas.
Presunción de culpabilidad. La causa permitió la detención de al menos nueve personas. Entre los imputados figuran Magalí Celeste González Guerrero, Andrés Maximiliano Parra, Iara Daniela Ibarra y Miguel Ángel Villanueva Silva (todos trasladados al penal de Melchor Romero); Víctor Sotacuro Lázaro (supuesto conductor de apoyo, detenido en Bolivia); Ariel Giménez, señalado como quien cavó la fosa; Florencia Ibáñez, sobrina de Sotacuro presente esa noche; Matías Agustín Ozorio, cómplice del jefe de la banda, detenido en Perú; y Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”, apuntado como autor intelectual, también en Perú. Los fiscales los imputaron por homicidio agravado con premeditación, alevosía, ensañamiento y violencia de género, además de delitos conexos como encubrimiento.
“Me llama mucho la atención cómo se resolvieron rápido todas las detenciones” afirma a NOTICIAS un reconocido abogado penalista que frecuenta los medios televisivos pero que no patrocina a ninguno de los protagonistas del hecho. “Encontraron al líder de la banda, a su mano derecha, al que cavó la fosa, a los que limpiaron y hasta se encontraron todos los móviles (los cuales iban a ser peritados el viernes 3). Incluso, dicen que tienen el video que se transmitió en vivo. Parece un trabajo hecho por la policía norteamericana. Si bien es un crimen aberrante que excede lo conocido, este nivel de eficiencia me resulta sospechoso. O quieren cerrar la causa porque alguien de arriba aceptó que las terceras líneas se le fueron de la mano y entregaron a todos; o van a empezar, previo a las elecciones, los partidos políticos a disputarse la cucarda de la resolución del caso”, reflexiona.
Este triple femicidio revela una trama sombría y lamentablemente enquistada desde hace tiempo en el país. Desigualdad estructural, explotación y narcotráfico. Tres jóvenes engañadas, torturadas, asesinadas y enterradas. Ahora la sociedad reclama verdad y justicia.
Fuente de la Información: Revista Noticias