“Vida Zoe”: promesa de buen pasar para captar adherentes, era la estrategia
10/06/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Seis nuevos testimonios permitieron avanzar en el conocimiento de las maniobras que se llevaban adelante para captar los fondos para Generación Zoe.
Ayer en el Salón de Grandes Juicios continuó el debate oral contra Nelson Leonardo Cositorto, fundador de la Fundación Zoe, y otros cuatro acusados vinculados a la oficina local de la organización. Todos enfrentan cargos por estafas reiteradas, 118 hechos, y asociación ilícita. Además de Cositorto, están imputados Ricardo Gabriel Isaac Vilardel, Jorge Federico Vilardel, Ana Lucía de los Ángeles Vilardel y Vilma Griselda Albornoz.
El juicio avanza con la producción de pruebas testimoniales, ayer declararon seis personas que aseguran haber sido víctimas del esquema: una ama de casa, una abogada, dos docentes y una empleada administrativa.
Propuesta
Los testigos relataron cómo conocieron la propuesta de inversión de Fundación Zoe, cuánto dinero aportaron y qué tipo de rentabilidad les fue prometida, supuestamente generada por operaciones con criptomonedas.
Varios coincidieron en que confiaron en el proyecto por la imagen de profesionalismo que transmitía Cositorto y por la plataforma digital que permitía seguir la supuesta evolución de sus fondos.
Una de las damnificadas recordó haber asistido a una conferencia del propio Cositorto en las oficinas de la calle Pellegrini, donde afirmó que había “un montón” de asistentes. “Decía que tenía un equipo en Buenos Aires que trabajaba para multiplicar el dinero. Yo había oído hablar de estafas piramidales, pero pensé que esto era distinto”, relató. También mencionó que la imagen de Cositorto como “cristiano” y su discurso de expansión de iglesias en paralelo al crecimiento de la Fundación, le generaron confianza.
En otras presentaciones, incluso en el hotel Sheraton, se promovía lo que él llamaba la “vida Zoe”: una promesa de abundancia que incluía desde acceso a terrenos en barrios privados, hasta viajes en cruceros y tratamientos estéticos. Todo formaba parte de un sistema que, según los denunciantes, se sostenía en la ilusión de ganancias rápidas y sin riesgo.
Con el avance de las investigaciones en otras provincias, como Córdoba, muchos inversionistas ya no pudieron recuperar ni los intereses ni el capital inicial. Según testigos, la Fundación creó una nueva plataforma, “Sunrise”, y prometió reintegros en criptomonedas, lo que nunca se concretó. Algunos de los testigos aseguraron que mantuvieron contacto directo con los hermanos Vilardel en las oficinas de Salta para cerrar las operaciones de inversión.
Tras los testimonios, Cositorto solicitó ampliar su declaración, haciendo algunas aclaraciones ante el tribunal.
El juicio es conducido por los jueces Martín Pérez (presidente), Javier Aranibar y Leonardo Gabriel Feans, integrantes de la Sala I del Tribunal de Juicio. La fiscal del caso es Ana Inés Salinas Odorisio, de la Unidad de Delitos Económicos Complejos (UDEC). La defensa de Cositorto está en manos de la defensora oficial Cecilia Martínez, mientras que Fernando Díaz Zabalaga representa a los coimputados.
Fuente de la Información: Nuevo Diario