Una exjueza acusó al exjuez Lona de ser cómplice de los militares
22/08/2019. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
En una audiencia, que sobresalió por las ausencias de testigos, el Tribunal Oral Federal 2 literalmente salió en busca de ellos. Y así llegó hasta el domicilio de la exjueza de Instrucción 4 de la Provincia, Martha Sofía Poma.
El exjuez Ricado Lona, con sus defensores. La audiencia del martes, se caracterizó por la ausencia de la mayoría de los los testigos.
La exmagistrada, debido a sus problemas de salud para movilizarse, solicitó declarar en su casa y el tribunal tuvo la atención del caso y se trasladó a su vivienda.
Fue así que Poma cumplió con la carga cívica impuesta en el marco del juicio seguido al ex juez federal, Ricardo Lona, por los delitos de prevaricato, encubrimiento y omisión de persecución penal de los criminales que mataron al ex gobernador, Miguel Ragone y a Santiago Arredes, como así también atacaron a balazos a Margarita Martínez Leal, hecho ocurrido el 11 de marzo de 1976.
La exjueza, en su domicilio de San Lorenzo, recibió ayer al mediodía al tribunal, presidido por el juez, Gabriel Casas, los vocales, Juan Carlos Reynaga y Gabriela Catalano, quienes llegaron en atención a su pedido personal. Lo mismo hicieron el fiscal, Carlos Amad, los abogados, Federico Rodríguez Spuch y Nicolás Ortiz, defensores de Lona y un representante de la querella.
Lona, según fuentes judiciales, no estuvo presente. En la casa de la testigo, los jueces extendieron la audiencia y cedieron la palabra al fiscal, quien sólo le dio el pie a Poma, la que no anduvo con rodeos y tras explicar los motivos de su renuncia como jueza provincial, apuntó contra Lona.
Poma sostuvo que en aquellos años, de persecución bajo el imperio de los militares, los “habeas corpus” y amparos que presentaban en el Juzgado Federal 1, a cargo del entonces juez Lona, éste “los ponía en un cajón y de ahí no sa-lían”.
“De acá no salen más decía, de eso me acuerdo patente”, reiteró Poma respecto a los recursos que se planteaban ante el juez Lona.
Enseguida nomás, la exjueza hizo una declaración que sorprendió. “Pensando, con el tiempo (…) un gobierno militar no puede actuar con eficacia si no tiene la co autoría o coparticipación de juez, ahora me doy cuenta de eso”, afirmó. Con ello, dejó latente que el juez acusado fue cómplice de los militares.
Sus dichos, sin embargo, entraron en una laguna cuando al preguntarle si personalmente había presentado algún recurso de amparo, oportunidad en la que dijo que no. Luego, un familiar, intentó que recordara si realizó alguna de esas presentaciones en el año 1976, pero la exjueza no pudo ser precisa al respecto.
Lo que si mencionó Poma fue que conoció a Lona recién cuando intervino como defensor de Hoyos en una causa por estafa que se tramitaba en el juzgado federal, hecho vinculado al Fondo Especial del Tabaco.
“Lona era muy enérgico como juez, no era que uno iba a entrar así nomás en su despacho. No dejaba nunca que uno se lleve el expediente, parada nomás había que leer”, recordó.
“Yo iba hacía la defensa y Lona decía no corresponde y me iba a la Cámara Federal de Apelaciones, que era en Tucumán”.
Poma no se distanció del testimonio que ya había brindado en otras casos, entre en ellos en los juicios por la verdad, cuando aseguró que “en la década del setenta un grupo de comisarios adiestraba a "personal inferior para perpetrar hechos delictivos tales como muertes, torturas y extorsiones con fines económicos”.
Ayer, la exmagistrada recordó que los policías ya sabían usar la “picana”, un artefacto de tortura que por aquellos años recién se conocía. Este conocimiento surge de las recorridas que, en calidad de jueza de la provincia, realizaba por las distintas seccionales de la policía local y de su actividad como jueza.
“Las confesiones de los imputados eran sacada mediante tortura (…) eso era vidente, surgía de la lectura del expediente y del diálogo con la gente”, contó. Sobre si llegó a ver a detenidos torturados, sostuvo que a veces sí. “Se les veía puntos rojos”.
Estas lesiones eran producto de la aplicación de tortura con “picana”. “La picana era nueva, se la habían mandado y la manejaban muy bien”.
Declararon solo dos testigos
Previo a la testimonial de Poma, el tribunal sólo pudo recibir el testimonio de otros dos testigos de los diez que estaban citados. Se trata de Teresa López, quien era empleada de la Clínica Cruz Azul, donde se de-sempeñaba el ex gobernador Ragone, quien poco pudo decir respecto al caso.
La testigo recordó que tras el secuestro y desaparición de Ragone fue citada a prestar declaración en la central de policía, lo que cumplió junto a otras empleadas del mismo centro médico, pero no pudo aportar mucho debido a que hacía unos meses había comenzado a trabajar en ese centro médico.
Por otra parte, y ante la ausencia de varios de los testigos, lo que sucede prácticamente desde el inicio del debate, el presidente del tribunal, juez Casas, solicitó a las funcionarias encargadas de realizar los trámites para ubicar y citar dichos testigos un mayor esfuerzo en la materia a fin de poder cumplir con las exigencias de semejante juicio.
Fuente de la Información: Nuevo Diario