Secuestro extorsivo: Un mensaje en Facebook fue la punta del ovillo
13/12/2021. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
A casi dos semanas del secuestro extorsivo del dueño de la empresa de transporte El Cóndor S.A., Víctor Giménez, salieron a luz varios detalles de cómo se planeó y llevó adelante este hecho.
El secuestro extorsivo concluyó con el rescate del empresario y la detención de cuatro delincuentes locales.
El caso, cabe señalar, encendió la alarma entre otros empresarios de esta ciudad respecto a las medidas de seguridad a tener en cuenta frente a este delito que, hasta el 30 de noviembre pasado, era desconocido en Salta.
Al margen de ello, en los últimos días salieron a luz distintos entremeses del caso, entre ellos se conoció que uno de los detenidos, Ezequiel Toledo, quien reside en el barrio Miguel Aráoz, en la zona sur de la ciudad, se habría puesto en evidencia pasadas unas horas del rapto del empresario, registrado en una calle lateral de la empresa Metalnor, sobre la ruta 26.
En ese lugar, a unos 100 metros de la ruta, Toledo junto a Héctor Mario Campos, sindicado como el más violento de los secuestradores, detuvieron al empresario en un supuesto control vehicular. Para ello, se disfrazaron de policías.
Giménez, quien se dirigía por esa calle a su empresa ubicada a pocas cuadras, como lo hacía todos los días, no dudó del control y detuvo la marcha de su camioneta Mercedes Benz. Campos se acercó al rodado y le pidió los papeles del vehículo.
La simulación duró unos minutos hasta que lograron que Giménez baje de la camioneta, momento en que lo redujeron, le cubrieron la cara y se lo llevaron a una vivienda en el barrio Los Paraísos, donde estaban los otros dos cómplices, Franco Campos, hermano de Mario y Héctor Joaquín Rodríguez.
Allí, los delincuentes amedrentaron al empresario hasta que finalmente acordaron pedir un rescate de 5 millones de pesos. Para realizar la negociación se utilizó el teléfono de Toledo, desde el cual se llamó a Álvaro Giménez, hijo del empresario, aunque éste no pudo ver el número debido a que figuraba como “Número Privado”.
Asimismo, y en ese lapso, Toledo, el más inestable de los secuestradores, no pudo evitar interactuar en sus redes sociales y subió un mensaje en su cuenta de Facebook, el cual tenía como destinatario una joven, quien, al parecer, sabía del golpe.
“Ojalá salga todo bien!! Después que explote Bb!!”, escribió Toledo, cinco horas después del secuestro del empresario. Sus palabras, que a esa hora en la red social nadie imaginaba a que se refería, tuvo una rápida contestación. “Sabelo que si Bb”, seguido de un dibujo de una bomba a punto de explotar.
Este dato, según se pudo saber, fue clave en la investigación conjunta entre los fiscales Ramiro Ramos Ossorio, de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, y su par de la justicia federal Ricardo Toranzos, quienes dirigieron el operativo.
Destacaron el valioso aporte de un organismo especializado
Al momento de referirse a la resolución del caso, los fiscales intervinientes reconocieron el valioso aporte brindado por la Dirección de Asistencia Judicial en Delitos Complejos y Crimen Organizado (DAJuDeCO), desde la cual se llevó adelante la localización de teléfonos, tanto de Giménez y su hijo, como de las otras líneas con las que mantuvieron comunicaciones. Una de esas fue la de Toledo, la cual fue identificada por este organismo especializado, que identificó el número y a partir de allí se pudo dar con la identidad de su propietario, quien resultó ser el joven de barrio Aráoz.
Una vez que se obtuvo el nombre, los investigadores realizaron una explotación en las redes sociales, circunstancias en que dieron con la cuenta en Facebook de Toledo, alias Chuky. De su muro, la atención estuvo centrada en el mensaje subido por el delincuente, en el que pedía que salga todo bien.
Esta pista convenció a los investigadores de que ese era el hombre que buscaban, por lo que, a los pocos minutos, la policía ya sabía dónde vivía y otros datos personales que lo ubicaron como el primer sospechoso identificado.
Durante las negociaciones por el pago del rescate, surgieron otros llamados y se sumaron otros teléfonos, pues ya estaba bajo vigilancia la línea de Toledo, la cual fue como la punta del ovillo que llevó a la de sus compañeros criminales.
En tiempo real, la DAJuDeCO aportó información en vivo de las comunicaciones de los delincuentes, como así también reveló, mediante el análisis de las antenas de telefonía, se pudo obtener un radio de localización de los teléfonos, lo que fue clave para resolver el caso.
De esta manera, la policía pudo establecer la ubicación de los secuestradores que tenían a Giménez en un barrio de la zona sudeste, donde la policía logró localizarlo e iniciar una persecución que derivó en el rescate del empresario.
En esa tarde, del 30 de noviembre, se logró la detención de los cuatro autores del secuestro. Franco Campos y Rodríguez fueron los primeros detenidos, luego siguió Toledo, arrestado en su casa, y por último Héctor Mario Campos se entregó, acompañado de su padre, en el Cuerpo de Investigaciones Fiscales.
Fuente de la Información: Nuevo Diario