Reclamos municipales terminaron con represión policial y heridos en Hipólito Yrigoyen
16/08/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Hipólito Yrigoyen vivió una semana de tensión social y política marcada por un paro municipal que terminó con heridos graves, acusaciones cruzadas y la suspensión de las Fiestas Patronales.
Tras cuatro días de huelga y un violento desalojo policial, la intendenta Soledad Cabrera y los gremios de ATE y UPCN llegaron a un acuerdo que permitió levantar la medida de fuerza ayer viernes por la mañana.
El conflicto y los reclamos
Los trabajadores municipales reclamaban recategorizaciones, pase a planta, pago de un bono extraordinario en una sola cuota, entrega de ropa de trabajo y la aplicación del aumento salarial provincial del 14% (4% en agosto, 5% en octubre y 5% en diciembre). Según el cálculo sindical, cumplir con estos compromisos implicaba un desembolso de entre 3 y 4 millones de pesos para el municipio.
Desde julio se habían mantenido reuniones entre las partes, pero sin resultados concretos. La tensión se incrementó esta semana cuando el Ejecutivo propuso un pago escalonado y recategorizaciones graduales, rechazadas por los gremios.
Jueves negro
La jornada más crítica llegó el jueves por la mañana, cuando efectivos de Infantería desalojaron la protesta frente a la Feria Municipal. Según denuncian los gremios, la represión fue directa, sin aviso previo y con un uso excesivo de la fuerza. El saldo fue de unos 25 heridos, entre ellos Juan Azalle, quien perdió un ojo por el impacto de una bala de goma, y otro trabajador que sufrió lesiones oculares graves y debió ser trasladado de urgencia a Salta Capital para una cirugía.
Vecinos y manifestantes denunciaron que además de disparar balas de goma, la Policía golpeó a trabajadores y destrozó alimentos donados. El abogado de las víctimas, Ramón Saldaño, anunció que denunciará penalmente a la intendenta Cabrera, a la fiscal de Pichanal, Dora Fuentes, y a la Policía provincial por abuso de autoridad y daños.
En ese clima, la Municipalidad anunció la suspensión del desfile cívico-militar del 15 de agosto “para resguardar la seguridad e integridad de todos los vecinos”, y pidió la intervención del Ministerio de Trabajo de Orán para mediar en el conflicto. El padre Rodrigo Barreto, párroco de la Iglesia Asunción al Cielo, también suspendió la tradicional Cantata de la víspera y la reemplazó por una vigilia de oración.
Instituciones educativas y el Centro de Jubilados local repudiaron enérgicamente el accionar policial y comunicaron que no participarían del desfile, limitando su presencia a la misa patronal.
Finalmente, la mañana de este viernes, tras una audiencia en seccional de la Secretaría de Trabajo de Orán, las partes firmaron un acta de acuerdo. La Municipalidad se comprometió a aplicar el aumento provincial y a pagar en un solo desembolso el bono extraordinario de $50.000, asumiendo con fondos propios la mitad de ese monto. También incluyó el compromiso de afrontar los gastos médicos de los heridos.
Nada para festejar
En una asamblea, los gremios comunicaron la decisión de levantar el paro y retomar las actividades el lunes. Sin embargo, el referente de UPCN, Oscar Ibarra, advirtió que “no hay nada que celebrar” mientras haya compañeros en estado delicado, y pidió oraciones por su pronta recuperación. En un gesto de unidad, al finalizar la asamblea, trabajadores marcharon juntos hasta la Iglesia Asunción al Cielo, donde elevaron su agradecimiento y esperanza por un futuro en paz.
El conflicto dejó al descubierto no solo las tensiones laborales, sino también un desgaste político que la gestión de Soledad Cabrera deberá enfrentar en los próximos meses. La represión, la suspensión de actividades festivas y las denuncias judiciales abrieron un frente de cuestionamientos que trasciende lo salarial y pone en debate la relación entre el municipio y la comunidad.
La foto grupal en el atrio de la parroquia cerró una semana que dejó heridas profundas en el tejido social de Hipólito Yrigoyen.
Fuente de la Información: Nuevo Diario