Pozo en Pichanal, crónica anunciada de un desastre ambiental
26/06/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
El doctor en Biología Enrique Derlindati advirtió sobre la inacción del Estado, la ausencia de datos y la desconexión entre ciencia y política. “Cuando las acciones llegan tan a destiempo, es como si no llegaran”, señaló.
El derrame en el pozo petrolero de Lomas de Olmedo, en jurisdicción de Pichanal, no fue un hecho sorpresivo ni imprevisible. Así lo confirmó el reconocido biólogo y especialista en ambiente, Enrique Derlindati, quien dialogó con Nuevo Diario y afirmó que las advertencias sobre la situación fueron realizadas hace por lo menos dos años. Lejos de recibir una respuesta preventiva eficaz, sus observaciones quedaron atrapadas en discusiones jurídicas, sin que se aplicaran medidas de protección ambiental concretas.
“La denuncia tiene al menos dos años. Lo grave es que la respuesta fue tan tardía que, en la práctica, se vuelve inexistente”, resumió Derlindati con preocupación.
Un patrón de abandono sistemático
Derlindati afirmó que el desastre ambiental era evitable. “Ejemplos de pozos mal cerrados y abandonados existen desde Bolivia hasta Salta. Es más frecuente de lo que creemos”, advierte, al subrayar que no se trata de un caso aislado sino de una práctica sistemática de desidia ambiental por parte de empresas y organismos estatales.
El derrame en Lomas de Olmedo generó una afectación directa sobre la biodiversidad local, causando la muerte de flora y fauna en la zona afectada y dejando una secuela de contaminación de suelos que podría extenderse en el tiempo. “El daño es muy local, pero el riesgo más grave es que estas negligencias se repitan y se multipliquen. Eso puede llevar a daños mucho más amplios y persistentes”, señaló.
Ganado muerto, riesgo humano
A la afectación ambiental se suma el potencial impacto sobre las comunidades humanas de la zona. Aunque Derlindati aclaró que no tiene evidencia directa sobre efectos en las personas, advierte que “si hay daño en grandes vertebrados como el ganado, el potencial daño sobre los humanos es igual”. A pesar de esto, no se están realizando estudios científicos independientes ni se ha convocado a universidades o centros de investigación.
“Hasta donde sé, interviene el CIF, que es un equipo técnico, pero no científico. No hay consulta ni convocatoria a científicos”, lamentó el especialista.
Un Estado ausente y un Comité que llegó tarde
La crítica a la gestión estatal fue directa y sin matices. En esa línea, Derlindati coincidió con las declaraciones del abogado Pedro Arancibia a NDS, quien sostuvo que “la gente del lugar está totalmente desprotegida”. Para el biólogo, esta desprotección es estructural: “Con una legislación desactualizada y funcionarios de ambiente sin compromiso, la provincia está desprotegida”.
Consultado sobre el Comité de Crisis conformado recientemente por el Gobierno, Derlindati es categórico: “Cuando las acciones llegan tan a destiempo, es como si no llegaran”.
Además, señala la ausencia de actores institucionales clave y “funcionarios que no funcionan”: “Debería estar la Secretaría de Ambiente, especialmente las áreas de Impacto Ambiental, Biodiversidad y Áreas Protegidas, trabajando en cooperación con el área de Salud. Hoy no están”.
Para Derlindati, este caso es solo uno más en una larga cadena de desarticulación entre el conocimiento científico y la toma de decisiones públicas. “Existe una desconexión total entre la producción científica local y las decisiones gubernamentales en temas ambientales”, denuncia.
Esa desconexión impide construir políticas basadas en evidencia, lo que agrava los impactos de cada evento. “Sin información, sin datos, no se puede saber qué hacer. Lo primero que se necesita es una toma de datos urgente”, recomienda. También subrayó el biólogo salteño, que las universidades y centros de investigación deberían tener un rol clave como asesores científicos permanentes, integrados a las políticas públicas, especialmente en regiones ecológicamente sensibles como el norte salteño. Aunque el impacto sea “muy local”, como repite Derlindati, el mensaje es claro: lo que hoy ocurre en un rincón del mapa puede repetirse a mayor escala.
Fuente de la Información: Nuevo Diario