Por el asesinato de Emanuel Torres, ocurrido en 2016, juzgan a un primo
20/04/2021. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Se trató de uno de los casos judiciales más resonantes en 2016, cuando su cadáver apareció en un baldío del barrio Parque La Vega, en el sur de la ciudad.
Ayer, a cuatro años del hecho, la jueza penal juvenil Tatiana Dip lleva adelante el juicio al principal acusado: un primo que a la fecha del crimen tenía la misma edad que la víctima, 17 años.
Para dilucidar lo sucedido, la jueza escuchará alrededor de 40 testigos, entre ellos familiares de la víctima y del acusado, ya que eran parientes. Además, numerosos policías, investigadores y peritos que tuvieron distintas intervenciones en el caso, incluso no se descarta una inspección en el lugar donde ocurrió el homicidio y donde fue hallado el cuerpo.
Toda esta tarea, que ayer comenzó con la lectura del requerimiento de juicio, podría extenderse hasta fin de mes, para cuando está prevista la etapa de alegatos y veredicto si es que no surgen inconvenientes que alteren la agenda de audiencias.
Como se conoce, el cuerpo de Torres fue descubierto el 7 de noviembre de 2016 por dos carreros, cuyos testimonios son considerados claves, pues los mismos habían afirmado que solían recorrer a diario ese lugar y el cuerpo del menor apareció de un día para otro.
Cabe mencionar que el adolescente, quien residía en las inmediaciones, estaba desaparecido desde el 30 de octubre de 2016. Su cuerpo apareció en un baldío del lugar, paralelo a un camino alternativo que conecta la ruta 26 con la 21, conocida también como camino a San Agustín.
Junto al cadáver, ya en estado de descomposición, la policía encontró una prueba que puede ser considerada clave. Se trata de una soga, la cual habría sido dejada al lado del cuerpo con un objetivo en especial, direccionar el caso hacia un posible suicidio.
La soga, sin embargo, se hallaba sin manchas y dada la impresión de haber sido comprada recientemente. Tras la alerta de los carreros, el lugar se llenó de móviles policiales de la comisaría de San Remo, como así también de móviles del Cuerpo de Investigaciones Fiscales.
El cuerpo de Torres, boca arriba, estaba a 50 metros de la ruta a San Agustín. Tenía el torso desnudo, signos de quemaduras, un solo calzado y una billetera con apenas 100 pesos. Por la escena, para la policía no había dudas de que el cadáver había sido “plantado” en ese baldío.
El hallazgo del cuerpo del adolescente generó gran conmoción en la ciudad, pues nadie esperaba un final así para un chico que, días antes, había sido denunciado como desaparecido. Todos especulaban en una fuga de hogar, como una de las posibilidades más complejas, pero jamás un homicidio de tal naturaleza.
Varios días después, en la morgue del CIF, donde se realizaron numerosos estudios forenses para determinar la identidad del cuerpo, Mónica Vera, la madre del menor reconoció que se trataba de Emanuel. Ayer, la mujer estuvo presente en la primera audiencia de juicio.
“Pido justicia para que no quede en vano su muerte. Estaremos en juicio hasta el 30 de abril con el querellante Gastón Casabella de la Fundación Cintia Fernández. Pasaron varios años hasta llegar a esta instancia por lo que espero saber la verdad”, indicó la madre de la víctima.
Una relación íntima y una fuerte disputa entre ambos jóvenes
El caso no tardó mucho en dilucidarse para la fiscalía, la que el 26 de diciembre de ese año, casi un mes y medio después del hallazgo, anunció la detención de un primo del menor asesinado y un tío, quienes se convirtieron en los principales sospechosos del caso.
Ambos fueron detenidos por pedido del fiscal penal 4 de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas, Ramiro Ramos Ossorio, quien luego imputó al primo de la víctima por el delito de homicidio simple y a su padre, y tío del adolescente asesinado, por el delito de encubrimiento agravado.
En ese momento, la fiscalía destacó la ardua tarea investigativa de la División Homicidio, la que reunió indicios y otras pruebas que llevaron a la fiscalía a determinar que el menor de 17 años de edad, primo de la víctima, fue el autor material de la muerte de Torres.
La hipótesis que sostuvo en ese entonces el fiscal, y la que ahora intentará ratificar en el juicio, gira en torno a que los dos menores tenían una relación de intimidad, en cuyo marco hubo una fuerte disputa, tanto que el primo le propinó a Emanuel un golpe en la cabeza y lo ahorcó con una soga.
Posteriormente, y presuntamente ayudado por su padre, dejó luego el cuerpo del menor a la intemperie en el baldío, donde finalmente fue encontrado en avanzado estado de descomposición.
Por este hecho, el tío de la víctima fue imputado en virtud del ocultamiento de elementos de prueba de utilidad para la causa y por entorpecer con el aporte de datos falsos, el desarrollo de la investigación. Es que el acusado, según lo informado, también se habría encargado de aportar datos falsos que desviaron a los investigadores de la hipótesis principal del caso.
Fuente de la Información: Nuevo Diario