Pedro Sánchez, solo en la OTAN: desafió a Trump y se desmarcó del consenso militar
28/06/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias Internacionales
Sánchez defendió su postura argumentando que el porcentaje anunciado es “suficiente y compatible con nuestro modelo social”. Pedro Sánchez quedó en el extremo de la foto oficial de la cumbre de la OTAN en La Haya.
Rodeado por los líderes del resto de los 32 países miembros y por el secretario general de la Alianza Atlántica, el presidente del Gobierno español fue el único que no acompañó con entusiasmo el compromiso colectivo de elevar el gasto en Defensa hasta el 5% del PBI. Su aislamiento físico en la imagen reflejó también su posición política.
Sánchez firmó el documento final de la cumbre, pero aclaró que España sólo destinará el 2,1% de su PBI a Defensa, lo que provocó tensiones con el expresidente y ahora candidato Donald Trump, quien amenazó con represalias comerciales si España no acompaña el aumento acordado.
Defensa del modelo social
En una conferencia de prensa, Sánchez defendió su postura argumentando que el porcentaje anunciado es “suficiente y compatible con nuestro modelo social”. Afirmó además que esa cifra cuenta con el aval técnico del Ministerio de Defensa y que permitirá cumplir con los compromisos de España con la OTAN. “España siempre es la solución, nunca el problema”, remarcó.
En una carta previa al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Sánchez ya había advertido que el objetivo del 5% no era realista para su país. “No sólo sería irrazonable, sino incompatible con nuestro Estado de bienestar”, escribió.
Actualmente, España destina el 1,28% de su PBI a Defensa, y el nuevo objetivo del 2,1% implica un incremento de 10.000 millones de euros. Pero aun ese aumento genera tensiones internas. Su socio de coalición, Sumar, ya advirtió que no apoyará más gasto militar, y partidos como Izquierda Unida amenazaron con abandonar el gobierno.
¿Principio o necesidad?
Según analistas como Marta García Aller, de El Confidencial, Sánchez utiliza una narrativa de “principios” cuando en realidad responde a limitaciones políticas. Sin mayoría en el Congreso y sin nuevo presupuesto desde 2023, el presidente carece de respaldo parlamentario para ampliar el gasto militar.
Aun así, firmó el documento de la OTAN. Para García Aller, eso revela una “teatralización” de su desacuerdo. Ana Salazar, politóloga y directora de Idus3 Estrategia, sugiere que el presidente aprovechó la escena internacional para redirigir la atención de los escándalos de corrupción que golpean al PSOE.
Corrupción en casa, foco en el exterior
El caso que involucra a figuras clave del partido, como el exministro José Luis Ábalos y el ex número tres del PSOE, Santos Cerdán, ha debilitado al Ejecutivo. Los dos están acusados de cobrar sobornos a cambio de adjudicaciones de obra pública, lo que ha minado la imagen del gobierno y puesto en jaque la estabilidad de la coalición.
En ese contexto, Sánchez buscó en la cumbre de la OTAN un escenario alternativo. “Cuando lo vemos enfrentarse a Trump, aumenta la épica”, señala la analista Ainara Villaño. Para su electorado, Sánchez aparece como el dirigente progresista que defiende la soberanía y el bienestar social ante las presiones de Washington.
¿Amenazas reales?
Trump fue tajante. “Les vamos a hacer pagar el doble. Lo digo en serio”, advirtió sobre posibles represalias económicas. Sin embargo, los expertos recuerdan que los acuerdos comerciales no se negocian con países individuales, sino con la Unión Europea, lo que limita las maniobras unilaterales de Estados Unidos.
Aun así, el conflicto político tiene un valor simbólico. Villaño cree que Sánchez utilizó su enfrentamiento con Trump para reposicionarse como líder europeo, mientras su imagen se resiente dentro de España.
Soledad calculada
Durante la cumbre, Sánchez mantuvo un perfil bajo. No saludó a Trump ni conversó con otros líderes. “Una soledad escogida, no impuesta”, analiza Paloma Piqueiras, de la Universidad Complutense de Madrid. En su séptima cumbre de la OTAN, evitó el centro de la foto y las conversaciones informales, alineado con el relato de que España no cede ante exigencias externas.
¿Una jugada más?
Sánchez ha demostrado en el pasado una notable capacidad para recuperarse en momentos críticos. Su libro Manual de resistencia es testimonio de ello. Pero esta vez la crisis golpea el corazón de su partido, y no hay otro actor al que responsabilizar. “El problema está dentro”, dice Piqueiras.
Ana Salazar recuerda que el presidente, exjugador de baloncesto, suele enfrentar los momentos difíciles como en la cancha: pide tiempo muerto, lanza el balón y espera que la jugada funcione.
En la OTAN, encontró ese “tiempo muerto” en clave internacional. Ahora, queda por ver si su jugada política le permitirá sortear el temporal interno.
Fuente: BBC News
Fuente de la Información: Nuevo Diario