Marta espera en la plaza Belgrano
24/03/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
La plaza Belgrano de Salta fue testigo de las desesperanzas y el temor de los familiares que esperaban noticias de las y los detenidos en la Central de Policía. Desde el 24 de marzo de 1976 y durante los años del terrorismo de Estado fue escenario de de
Por Tania Kiriaco
Marta Cascella de Parada salía de su trabajo, en el Instituto de Belleza Burgos, se sentaba en el banco de esa plaza y esperaba noticias de su marido, quien se encontraba detenido en la Central de Policía, en Gemes y Balcarce, en el corazón de la capital salteña.
Su historia revela aspectos poco conocidos de cómo funcionaba el terrorismo de Estado y, también, los alcances de su mano siniestra, que llegaba mucho más lejos que a la militancia revolucionaria y todo aquello que pudiera parecer subversivo. Ni Marta ni su esposo tenían ese perfil. Ambos realizaban espectáculos infantiles, y él estaba vinculado a los servicios de Inteligencia. ¿Qué ocurrió para que cayera en desgracia? No se sabe. Solo que ambos desaparecieron en el mismo lugar: la Central de Policía.
El 29 de marzo de 1978 Marta recibió un llamado en su trabajo; le informaban que por la tarde debía presentarse allí, en ese edificio que evoca a las fortalezas de antaño, a fin de retirar a su marido, quien -le dijeron- sería dejado en libertad. Ella ingresó a la hora señalada. Nunca más la volvieron a ver.
Ese edificio fue realmente un centro clandestino de detención, porque allí torturaron a miles de salteñas y salteños. Todo esto quedó demostrado en los juicios por crímenes de lesa humanidad. Fue un espacio del Terrorismo de Estado en Salta, aunque no haya sido declarado aún, inexplicablemente, como lo que fue: un Centro Clandestino de Detención.
A quien buscaba Marta era Juan Carlos Parada Mollo, su esposo. Por su pertenencia al sistema represivo, Marta se atrevió a pedir una audiencia con el Jefe de Policía en ese momento, el militar Juan Carlos Grande.
En el juicio de lesa humanidad ha quedado acreditado que Parada Mollo era un policía federal retirado, específicamente vinculado al Servicio de Inteligencia, que desapareció durante marzo de 1978; fue visto por última vez cuando ingresaba caminando a la Central de Policía.
Marta llegó a hablar con el ministro de Gobierno, Jorge Oscar Folloni, quien le manifestó que el delito por el que estaba preso su marido era muy grave y que no se podía hacer nada al respecto.
Según el relato de los testigos que declararon en los juicios, ella pidió que liberaran a Parada Mollo; y no solo ante Grande, sino también, habló con Joaquín Guil y dio un paso más: le advirtió que "si no me entregan a mi marido me voy a Buenos Aires a hablar con mi suegro, que también es policía federal". El comisario le preguntó si su suegro estaba en ejercicio, y ella le dijo que estaba retirado, pero que conocía a mucha gente que iba a resolver el tema. La citaron para las siete de la tarde. Ella fue. Nunca más apareció Marta.
Marta y Juan Carlos realizaban espectáculos infantiles junto a Carlos Melián: era el "Mate Cocido Concert"; probablemente, ella estaba embarazada. La búsqueda de su esposo terminó cuando se convirtió en una más de las mujeres desaparecidas en esta provincia
Fuente de la Información: El Tribuno