Le robaron a un canillita y todavía no se sabe nada
02/01/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Rompieron el quiosco y le robaron dinero a Gabriel Burgos. No funcionan las cámaras .
El conocido canillita Gabriel Burgos fue víctima de un nuevo robo en su puesto de diarios ubicado en la plaza Torino de Viana. En pleno centro de esta ciudad, malvivientes le rompieron unas de las puertas de lugar de trabajo, le robaron algunas revistas y alrededor de 20 mil pesos de la recaudación de varios días. Burgos reclama que justo al frente de su puesto hay cámaras del servicio de video vigilancia del 911, pero al parecer no funcionan como corresponde.
A tan solo una cuadra de la comisaría Nº 14 el daño se perpetró días pasados en la madrugada. Gabriel al llegar a la mañana temprano a la espera de diarios y revistas se dio con la ingrata sorpresa que su puesto de trabajo había sido robado. “Me han sacado mercadería y plata y los daños que han hecho a la puerta, tengo que llevarla al chapista, comprarle candados nuevos, cerradura, una pérdida de más de $20.000, pesada más en estos tiempos que estamos todos en crisis, que hay que guardar el peso día a día y yo trabajo todos los días”, comentó el canillita.
El dinero del puesto era para pagar los pedidos que ahora había recibido y distribuido a sus clientes de muchos años. El canillita es muy conocido y recibió muestras de apoyo luego de este robo. El puesto es muy frecuentado en la ciudad porque es el único canillita que consigue todo lo que necesitan sus clientes. Son 10 años que lleva trabajando en el mismo espacio. Allí “Burguitos” vende diarios, revistas, bingos, y cuanto texto le soliciten.
“Encima tengo que agradecer que no me robaron los bingos; cuando a vos te dan un producto, sos responsable, y esos bingos estaban aproximadamente valuados en $100.000, si me llevaban eso me perjudicaban de por vida”. Las reparaciones de su lugar de trabajo serán costosas para Burgos.
Pidió una vivienda en 2018
A principios de julio del año 2018 se conoció por medio de El Tribuno la historia de Gabriel Burgos y su familia. A punto de ser desalojado del inquilinato junto a sus hijos y por aquel momento con su mujer con serios problemas de salud, luego falleció, el canillita peticionó por derecho adquirido una vivienda con adjudicación directa.
Sin embargo fue incluido en el cupo de casos especiales, en el que debió participar con 60 familias entre seis viviendas para sortear. No perdió la esperanza y siguió buscando una solución. Hasta se llegó a encadenar en las afueras del Instituto Provincial de la Vivienda en Salta.
Luego de muchos pedidos se le adjudicó en ese entonces una vivienda donde actualmente vive tras mucha e ingrata lucha.
Fuente de la Información: El Tribuno