El narco Castedo y compañía complicados por las operaciones inmobiliarias en la frontera
26/12/2021. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
En el juicio que se les sigue a los hermanos Delfín y Raúl Castedo, junto a otros cinco imputados por el delito de asociación ilícita y lavado de activos, producto del narcotráfico, la declaración de dos escribanos complicó la situación de los pri
Los testimonios giraron en torno de las operaciones inmobiliarias que se hicieron por la finca El Aybal, la cual fue adquirida primero por el más joven de los siete imputados, quien luego se la vendió a Delfín Castedo, quien más tarde la volvió a vender, esta vez a Eduardo Torino, un martillero público con quien es juzgado por el Tribunal Oral Federal 1.
La importancia de estos testimonios era clave para los hermanos Castedo, pues se trata de una propiedad, que al norte colinda directamente con territorio boliviano, siendo la propiedad apuntada como parte de la expansión del tráfico de drogas adjudicado a la organización liderada por los Castedo.
Pese al esfuerzo de los escribanos por no complicar a sus ex clientes, ahora juzgados por narcotráfico, quedaron de manifiesto ciertas inobservancias en las distintas operaciones realizadas, hecho que fue resaltado por la fiscalía, la que volvió a salir airosa en el devenir del juicio iniciado el 3 de noviembre pasado.
Cabe mencionar que, además de los hermanos Castedo y Torino, también son juzgados Mario Yudi, su padre Alberto y su tío Luis, a los que se suma Melba del Carmen Araujo, ex pareja del mayor de los Castedo, sindicado también como el jefe de la organización narco criminal.
Al declarar, Mariano Coll Mónico, que escrituró dos de las operaciones de compraventa de la finca El Aybal, reconoció que no informó de estos movimientos a las autoridades, y que tampoco consultó el origen de los fondos, a pesar de que uno de los compradores, Mario Yudi, tenía solo 22 o 23 años.
Coll Mónico, al ser indagado más a fondo, sostuvo que las operaciones en torno de esa finca, ubicada en Salvador Mazza, le llegaron a través de su concuñado, Eduardo Torino, quien al declarar también se mostró ajeno a las actividades de los Castedo.
Una cadena
Coll Mónico contó que escrituró en 2.003 la compra de la finca El Aybal por parte de Mario Yudi, quien pagó 600 mil dólares por la finca. En 2.005, en tanto, la propiedad fue vendida a Delfín Castedo por 1.300.000 pesos, aunque para la operación sólo desembolsó una suma de 10 mil pesos a modo de seña.
Luego, en 2.006 Castedo vendió El Aybal por $1.800.000 a Torino, que la compró en representación de la firma uruguaya Anzere S.A. Esta última operación, sin embargo, no la escrituró Coll Mónico, sino Claudia Noemí Lo, debido a la relación familiar del testigo con Torino.
Sobre estas operaciones, el fiscal Jorge Viltes Monier y la abogada María Figueroa, de la Unidad de Investigación Financiera (UIF) centraron sus preguntas respecto a por qué no se reportaron como sospechosas las sucesivas compraventas.
A preguntas del fiscal sobre las disposiciones que estaban vigentes en 2004, 2005 y 2006 para la compraventa de inmuebles en zona de frontera, Coll Mónico se describió como un desmemoriado para los números, por lo que Viltes Monier le recordó la vigencia de la resolución 1751/95 del Ministerio de Defensa de la Nación y otras más puestas en vigencia en el año 2004, sobre seguridad de las fronteras y las operaciones consideradas "sospechosas".
Al escribano una compraventa sucesiva le pareció “normal”
Sobre el procedimiento para la compraventa de inmuebles en la frontera en 2.003, 2.004, 2.005 y 2.006, Coll Mónico indicó que la ley fomenta la adquisición de inmuebles en la frontera por parte de ciudadanos argentinos y basta con una declaración jurada "donde ellos declaran que no son parte de delitos típicos de frontera como narcotráfico, trata de blancas", dijo.
El escribano precisó entonces que por la finca El Aybal, en diciembre de 2.003, hizo una escritura de la compra de Mario Yudi a la firma Tuar S.A. por 600 mil dólares. Y a finales de 2.005 intervino, cuando Yudi "le vendió a Delfín Castedo el mismo campo" por $ 1.300.000. Coll Mónico relató que Torino le presentó a Yudi.
Tras defender a su pariente, reconoció que al realizar la compraventa por parte de Yudi, éste estuvo acompañado por Torino y tenían el efectivo ahí, 600 mil dólares. Sobre si no le llamó la atención la edad del comprador y la cantidad de dinero, dijo que le pareció "una operación normal".
"¿No le pareció sospechoso?", retrucó el fiscal en busca de una explicación más lógica. "En aquel momento no se hacían los reportes" a los organismos de control. "No había costumbre de reportar las operaciones", resaltó.
Sobre Castedo, señaló que hasta ese momento no lo conocía. "Para nada sabía yo que tenía antecedentes", si lo hubiera sabido "seguramente me hubiese abstenido de hacer esa operación". No obstante, el fiscal le hizo notar que con antecedentes por narcotráfico no se puede comprar tierras en la frontera.
"Eso no sabemos nosotros los escribanos, por eso se firma la declaración jurada", respondió Coll Mónico, aunque enseguida reconoció que Viltes Monier tenía razón, pues el sistema debiera ser distinto.
Fuente de la Información: Nuevo Diario