Delitos informáticos
06/11/2020. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Los beneficios que brinda internet ofrecen nuevas oportunidades para la delincuencia, la política tramposa y la injuria contra personas e instituciones.
El mundo está en alerta, porque el inmenso beneficio que brinda el servicio digital a la humanidad ofrece a la vez un nuevo escenario para el delito, la “ciberdelincuencia”.
Las trampas electorales, las maniobras políticas o las mentiras acerca de determinados hechos o personas existen, crecen y se multiplican.
Los gobiernos y las personas del planeta están cada vez más preocupados por las noticias falsas y malintencionadas, o “fake news”, fundamentalmente por el impacto que la desinformación y la propagación que esas distorsiones e inventos pueden tener en la sociedad.
Y no se trata solo de proteger la transparencia electoral, sino también de prevenir los disturbios que puedan ocasionar en la estabilidad de los mercados financieros y por los problemas sociales derivados de ellas.
No son neutras ni inocuas estas prácticas.
La mayoría de estas noticias arbitrarias y falaces se publican en medios digitales, portales de noticias y redes sociales, permitiendo darle mayor velocidad en la creación, propagación y distribución, en tiempos en los que existe un incremento cada vez más intenso y veloz en la utilización de redes sociales.
Una estadística revelada por Corporación Latino - barómetro reveló un paulatino decrecimiento en el uso de los medios tradicionales como la televisión, la radio y los medios gráficos de la mano de un mayor uso de redes sociales. Este cambio de paradigma que se inició en la última década y ha ocasionado en todos los sectores de la sociedad una creciente preocupación por las nuevas técnicas de manipulación o la llamada “desinformación maliciosa”, que se intensifica en épocas electorales. El problema es claro: las redes son rápidas, pero no ayudan a la reflexión; y sin reflexión, la opinión se vuelve manipulable.
Es preocupación en muchos países la implementación de técnicas para detectar y erradicar las “fake news” en territorio virtual y poder mitigar de ese modo los efectos nocivos en la opinión pública; por ejemplo, en Europa, el Co-inform detecta mediante un análisis semántico de gran cantidad de textos en entornos multilingües la posible publicación de noticias falsas, lo que les permite identificar a los actores que intervienen en su propagación, como autores, facilitadores o líderes de opinión.
Estas prácticas de generación de noticias falsas se potencian en los procesos preelectorales, y es posible observarlo en las elecciones de distintos países donde se multiplican las graves denuncias acerca de la veracidad o no de los hechos que circulan a través de internet y de los medios digitales no tradicionales, golpeando en la confianza ciudadana y destruyendo la credibilidad. La información transparente, hay que recalcarlo, es inherente -y condición “sine qua non”- a la democracia.
En nuestro país en el sitio www.ar gentina.gob.ar se pueden denunciar las plataformas o sitios que tienen publicaciones falsas para que las den de baja.
Es importante mencionar que varios países han desarrollado algún tipo de norma o legislación contra las noticias falsas; allí proliferan las críticas o los temores de quienes ven con esta legislación un intento de censura.
Crímenes informáticos
En la Argentina, cuando se habla de “delito informático” se vinculan a actividades criminales que se han tratado de encuadrar en figuras de carácter tradicional tales como robos, hurtos, fraudes, estafas y sabotajes.
En estos casos, es factible hacer la denuncia en la Dirección Nacional de Datos Personales, en los casos en que el supuesto ilícito o la falsa noticia esté relacionada con la privacidad y protección de datos personales. También es posible recurrir a la Fiscalía más cercana para pedir asesoramiento o realizar una denuncia. Y si la denuncia falsa involucra “cyberbullying” y discriminación, se puede denunciar al Inadi.
En Argentina cuando se habla de delitos informáticos se vinculan a actividades criminales que han tratado de encuadrar en figuras de carácter tradicional tales como robos, hurtos, fraudes, estafas y sabotajes, razón por la cual ha producido que no se creen nuevas leyes sino modificaciones de las ya existentes como la Ley 25.326 de Protección de Datos Personales, la Ley 11.723 de Propiedad Intelectual, Ley 26.388 de Delitos Informáticos y la Ley 26.904 de Grooming (acoso sexual infantil electrónico) y la Ley 27.411 que aprueba el Convenio sobre Ciberdelito del Consejo de Europa, adoptado en la ciudad de Budapest, Hungría. el 23 de noviembre de 2001.
También existen dos proyectos de ley presentados en el Congreso Nacional que aún no fueron tratados, uno es el 5228-D del año 2018 y el otro el 0848-S de este año que buscan proteger y defender a aquellas personas humanas que sean víctimas o se hayan visto afectadas por noticias falsas o discursos de odio
En la Unión Europea no hay una legislación al respecto, lo que si tiene es un Código de Buenas Prácticas firmado por las grandes tecnológicas que tratan de garantizar la trasparencia del contenido patrocinado en especial el de tipo político, perseguir las cuentas falsas en redes sociales y garantizar que se priorice la información relevante, autentica y fidedigna, contando además con un observatorio contra la desinformación llamado SOMA.
Cada país miembro de la Unión Europea tiene sus propias legislaciones, en Francia el Gobierno tras arduos debates y pese a las críticas de partidos de izquierda y derecha, aprobó en 2018 dos proyectos de ley dirigidos a controlar las noticias falsas en periodos electorales.
Estas normas permiten a un candidato o partido recurrir a un juez que debe considerar probado que la distribución de esos contenidos fue deliberada y con mala fe, para que frena la difusión de informaciones falsas durante los tres meses anteriores a un proceso electoral, con importantes consecuencias para los autores.
Los odiadores
Alemania tiene desde el 1 de enero de 2018 una ley que no es propiamente una norma contra las noticias falsas sino contra el discurso de odio. Su aplicación también ha sido controvertida con el mismo argumento de que promueve la censura. Esta norma obliga a las plataformas digitales a retirar en 24 horas tras comprobar que son ilegales con la amenaza de multas de hasta 50 millones de euros.
En el Reino Unido, el Gobierno británico rechazó el uso del término “fake news” (acuñado maliciosamente por Donald Trump contra la prensa) para aplicar la normativa existente ya sobre las noticias online, pero creó un grupo de trabajo para estudiar sobre la propagación de la desinformación como consecuencia del uso de cuentas falsas en redes sociales por parte de Rusia durante el referéndum del Brexit. Ya en 2019 el Ejecutivo anunció que introduciría en el currículo escolar una materia para ayudar a los niños a detectar la desinformación.
Italia puso en marcha principios de 2018, antes de sus elecciones generales un servicio online en la página web de la Policía Postal, encargada de luchar contra el crimen en la red, para que los ciudadanos denuncien las publicaciones sospechosas.
En EEUU, tras los ataques de Donald Trump a la prensa profesional y las numerosas investigaciones periodísticas sobre las elecciones del 2016 sobre la más que probables intromisión de los servicios de inteligencia de Rusia en la campaña presidencial a favor del candidato republicano, el Congreso impulsó una ley que básicamente buscó aplicar a las plataformas digitales las normas ya existentes para la radio y televisión. Hasta el momento no existe una ley federal al respecto
Salta, por ahora, está esperando su propia ley, otras normativas y varias decisiones.
Adaptarse a este mundo de la conexión digital no es fácil para nadie, pero es mucho peor cuando se retacea el esfuerzo, sea por desconocimiento, miedo, o mala fe.
Pero hay que hacerlo, especialmente, en un área tan delicada como los delitos informáticos.
Vaya pensando.
Fuente de la Información: El Tribuno