Carta de una denunciante del Juez Maraniello: “El abuso se normaliza, la justicia está ausente”
06/09/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
El magistrado ganó fama esta semana al convalidar la censura previa a pedido de Milei. “Viví lo que las mujeres trabajadoras viven en silencio: acoso, humillación y sobre todo miedo”, dice una exempleada del Juzgado en una carta que acá se difunde
Este jueves La Izquierda Diario presentó un informe con testimonios y evidencias que desnudan el frondoso prontuario del juez federal Alejandro Maraniello, quien desde hace algunas semanas encabeza la lista del Registro Público de Denuncias Presentadas contra Magistrados y Magistradas por Situaciones Vinculadas a Violencia de Género.
El titular del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil y Comercial Federal N° 5 de la Ciudad de Buenos Aires se hizo “famoso” esta semana por ser quien aceptó la medida cautelar, presentada a las apuradas por Karina Milei y el abogado apoderado de La Libertad Avanza Alejandro Viola, para prohibirles a periodistas y medios difundir audios e información sobre la secretaria general de la Presidencia. Una medida de censura previa que viola la Constitución Nacional y los tratados internacionales sobre libertad de expresión y de prensa.
Maraniello está cada vez más acorralado. El Consejo de la Magistratura analiza nueve denuncias en su contra por diferentes delitos contra personas y bienes públicos. Cinco de esas denuncias incluyen ataques sexuales, acoso laboral sistemático y todo tipo de humillaciones a empleades de su Juzgado.
Una de las denunciantes, cuyo nombre y demás datos se mantienen en reserva por obvias razones, escribió una carta pública en la que relata parte de las agresiones recibidas por parte del juez federal y sus sensaciones al ver que se trata del mismo magistrado que ordena la censura previa en favor del Gobierno. Con su autorización, La Izquierda Diario reproduce la carta completa.
“Fui empleada del Juez Marianello”
“La denuncia está en curso. Fue una experiencia acelerada con el Poder Judicial, que muchas veces se usa para denominar como sinónimo de Justicia. El poco tiempo que pasé me mostró cómo funciona el Poder y cómo la injusticia en los lugares donde deberían protegernos.
En ese tiempo viví lo que las mujeres trabajadoras viven en silencio: acoso, humillación y sobre todo miedo. Hablo porque lo que me pasó a mí puede pasarle a cualquiera.
Cuando vi la noticia de la cautelar que aplicó censura previa me sorprendió por ser anticonstitucional, pero al ver quién la dictó de alguna manera tuvo más sentido. Vi la foto y en mi cabeza volví a escuchar su voz: ‘Nunca vas a llegar a nada’, ‘si no aceptás te quedás afuera’, ‘¿cuándo una persona como vos va a tener las oportunidades que podés tener si te quedás conmigo?’, ‘yo me acuerdo de los que me acompañan y de quiénes no. Yo tengo amigos muy poderosos’, ‘Si no entendés que la abogacía se trata de contactos, no entendiste la carrera’. Cada frase retumbó nuevamente en mi cabeza llenándome nuevamente de miedo y angustia. Después de todo, él sigue en su cargo protegiendo a los poderosos y yo me encuentro afuera.
La cautelar que frena la difusión de los audios de Karina Milei no es censura previa, es una muestra de cómo el Poder protege a los privilegiados y castiga a los que no lo son. ASí FUNCIONA UNA CASTA, PROTEGIÉNDOSE ENTRE ELLOS. El verdadero efecto de la medida es proteger al círculo íntimo del Presidente de un escándalo mediático y político. La información de interés público quedó vedada bajo un argumento tirado de los pelos de ‘resguardo de la intimidad’.
No, no es una decisión técnica. En términos políticos es un favor del Poder Judicial al Poder Ejecutivo. Refuerza la dependencia entre ciertos jueces federales y la Casa Rosada, algo que históricamente sirvió como moneda de cambio para sostener, impulsar y mantener carreras judiciales.
El proceso contra un juez inicia con la denuncia en el Consejo de Magistratura. Puede denunciarse a un juez por mal desempeño, abuso de poder o inconducta. Se efectúa una investigación preliminar. La Comisión de Disciplina y Acusación evalúa la admisibilidad de la denuncia, junta las pruebas y puede decidir si archiva o impulsa. Luego en un plenario del Consejo, si la denuncia prosperó, pueden elevar el caso al Jurado de Enjuiciamiento. El jury de enjuiciamiento es el paso que sigue. Lo integran jueces, legisladores y abogados. En algunos supuestos debe intervenir el Senado. En criollo, el procedimiento es político, altamente político. Por eso los amigos poderosos son tan importantes.
Como trabajadora, como mujer, como ciudadana sentí de nuevo la impotencia de quien observa cómo el abuso se normaliza, como la justicia está ausente.
Sí, tengo miedo. Escribo esta carta como forma de canalizar la bronca, la angustia y la impotencia. La escribo para poder poner mis palabras y mi lectura sobre lo que pasa. Pensé en grabar un video y ponerle una cara a la denuncia, pero ellos son tan poderosos y yo, cómo él lo decía cada vez que tenía la oportunidad, no soy nadie.
Entendí que el miedo no es un obstáculo, es una señal de que soy consciente de lo importante que es lo que pasa. Ahora, con esta medida que dictó, quedó sobre la mesa expuestas las decisiones y los antecedentes de este personaje nefasto que me tocó conocer. Siento que no puedo quedarme callada y solo confiar en un sistema que deja a fuera ‘a los nadie’ todos los días. Pero no pierdo la fe de que, al estar en el ojo público, actué la Justicia avanzando, investigando y resolviendo de forma favorable, reparando a las víctimas y evitando que otros se expongan a sus garras.
No puedo cambiar lo que pasó, no puedo dejar de ser una víctima de acoso laboral y sexual. Pero puedo elegir ser una víctima responsable. No una que se calla y solo se esconde. Hablar aunque sea en la voz de otro también sana, porque libera, protege y conecta. Hablar nos muestra que no estamos solas. Hablar si alguien escucha desafía al poder.
Mi denuncia está en curso en el Consejo de la Magistratura. Muchas veces nuestros representantes no nos representan. Pero este es un momento para mostrar que no nos resignamos.
Están en juego derechos importantes, fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a la información pública, el principio de igualdad y no discriminación en el trabajo, entre otros. Esto es un escándalo institucional. Hay un triple problema. JUDICIAL, porque un juez denunciado dicta fallos que benefician al poder político. POLÍTICO, porque la medida se traduce en un blindaje para el Presidente y su hermana. Y DEMOCRÁTIO, porque se vulneran los derechos básicos de todo el pueblo argentino.
Les pido que compartan este mensaje. No lo hago por mí, lo hago por cada trabajadora que alguna vez sintió el peso del poder encima y eligió callar por miedo.
Si la Justicia no nos escucha, hagamos que la sociedad sí lo haga. Cuando una mujer elige hablar, elige denunciar, ya no habla sola, habla por muchas, habla para que nadie más tenga que pasar por lo mismo. Y eso puede empezar a cambiarlo todo. Porque, aunque tengamos miedo, podemos hacer las cosas con el miedo al lado, si tenemos la fuerza de muchas. Tenemos que tener memoria.
Es verdad, Marianello tiene amigos poderosos. Pero los nadie somos más y más fuertes.
Fuente de la Información: La Izquierda Diario