Breve reseña del convento San Bernardo
04/09/2025. Noticias de Interés > Noticias de Salta
Levantado en 1586 como una humilde ermita, el convento es una de las construcciones más antiguas que se conservan en la ciudad. Su historia reúne sismos, incendios, reformas, la llegada de varias órdenes religiosas y un valor patrimonial único
Por Abel Cornejo
Una ermita es una capilla o santuario, generalmente pequeños, situados por lo común en un sitio despoblado y que no suelen tener culto permanente. Cuatro años después de la fundación de la ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta, el 16 de abril de 1582, se decidió construir dicho sitio de oración en honor a uno de los tres patronos originales de la ciudad: San Bernardo de Claraval, perteneciente a la orden cisterciense.
Todo hace suponer que la antigua ermita, con el tiempo, se transformaría en un monasterio cisterciense. Desde 1586 se yergue en el mismo sitio y es una de las construcciones más antiguas que aún se conservan en la ciudad, junto al Cabildo, dado que la primitiva iglesia de San Francisco se incendió y la de los monjes Mercedarios, ubicada en lo que actualmente es la esquina de Caseros y 20 de Febrero, se destruyó y quedó inutilizada por el terremoto del 18 de octubre de 1844.
Su arquitectura colonial, con características del barroco americano, forma parte del legado clásico de Salta. Tras el sismo de septiembre de 1692, la estructura debió ser reparada por los serios daños sufridos y su reconstrucción concluyó en 1723 por orden del entonces gobernador español del Tucumán, Esteban Urizar y Arespacochaga. En 1782 se edificó a la par un conjunto de salones con galerías para albergar al hospital de San Andrés, puesto a cargo de los monjes Bethlemitas, que luego ampliaron el edificio.
La orden de los Hermanos de Belén fue la única orden monástica creada en América, instituida en Guatemala en 1653 por Pedro de San José de Betancourt y aprobada por el Papa en 1687. Suprimida por primera vez en 1820, fue restaurada el 16 de enero de 1984.
Con el paso del tiempo, el hospital sobrellevó distintos inconvenientes y debió cerrar sus puertas, reabriendo bajo otros nombres en 1787 y 1805. Finalmente perdió interés y en 1846 el presbítero Isidoro Fernández hizo venir desde Chile a las monjas Carmelitas Descalzas con el propósito de crear un beaterio que llamó “Nuevo Carmelo de San Bernardo”. La orden de los Carmelitas es una congregación católica surgida alrededor del siglo XII, inspirada en el profeta Elías y establecida originalmente en el monte Carmelo.
Fue así que la primitiva ermita y el hospital anexo quedaron convertidos en el Convento de San Bernardo. La decoración del frente de la iglesia fue realizada por Isidoro Fernández, y en la nueva entrada al convento se colocó en 1762 una puerta de talla de madera labrada por pueblos originarios del Chaco salteño, que había pertenecido a la casona de Valentín de la Cámara. Erróneamente algunos historiadores mencionaron a “Bernardo” de la Cámara, pero en el portal aparece claramente escrito el nombre Valentín. No se sabe dónde estaba ubicada su casa, aunque por la calidad y dimensiones del portal debió ser una de las principales de la ciudad en su tiempo.
Por tratarse de un monasterio regido por clausura, lo único que se permite al acceso público es la pequeña capilla, de singular belleza. El retablo actual es una restauración del original destruido en 1692 y fue dirigido por el maestro Gabriel Gutiérrez de Escobar.
Con motivo de la visita del Papa Juan Pablo II a Salta, en 1986, a las Carmelitas se les suprimió el voto de andar descalzas. El Convento de San Bernardo fue declarado Monumento Histórico Nacional el 14 de julio de 1941 por decreto N.º 95.687, y hasta hoy se mantiene como uno de los símbolos arquitectónicos y religiosos más antiguos de la ciudad
Fuente de la Información: El Once TV