A los 92 años, un hombre denunció abusos en un geriátrico de Salta
08/06/2025. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Golpes, maltratos y la negación de comida fueron solo algunos de los abusos que sufrió el jubilado, quien pide justicia y más controles en los centros de cuidados para adultos mayores.
A los 92 años, Arturo González, un jubilado salteño de la industria automotriz y amante de los libros, decidió escapar de las manos de la encargada de un geriátrico en la capital salteña para denunciar los abusos que sufría en el lugar.
Con determinación y una vitalidad asombrosa para su edad, se lanzó desde Santa Lucía hacia el centro de la ciudad, mitad caminando, mitad en ómnibus, para exponer su desgarradora experiencia en las páginas de un diario local (ElTribuno).
Don Arturo, quien a lo largo de su vida fue soldador y directivo de varias bibliotecas, relató con lágrimas en los ojos y notable coherencia los abusos a los que fue sometido.
Entre los maltratos que denunció, destacó golpes, vejaciones inconfesables y la negación de comida y agua durante dos días consecutivos. “Me mantuve comiendo solo frutas hasta que me retiré con una bolsita. No voy a volver, pero solo exijo un poco de justicia. A mí me conoce todo el mundo en Salta, fui narrador en la Casa de la Cultura, fui director de bibliotecas, y lo único que quiero es que se haga justicia”, expresó con firmeza.
Arturo González nació en Salta Capital en 1923, y ha sido una figura conocida y respetada en la ciudad, especialmente por su amor por la literatura. Años atrás, donó cientos de libros a distintas bibliotecas de la ciudad. Pero hoy, a sus 92 años, lo único que busca es justicia por el trato inhumano que recibió en un geriátrico de la capital, bajo la administración de una mujer identificada como "Yapura".
El hombre, que según sus palabras, se encontraba junto a otros 17 ancianos, relató cómo solo tres de ellos podían caminar, y cómo fue sistemáticamente maltratado durante su estadía. “Me golpeó, me pateó, me hizo mucho daño y ya no pude más”, explicó, con voz quebrada, pero con una lucidez impresionante que causó estupor.
El relato no termina ahí. González detalló que tras los abusos, decidió huir del geriátrico y, sin querer molestar a sus hijos, se dirigió a un parque cercano para pasar la noche. "Mi hijo me dijo '¿adónde vas a dormir ahora?' y yo le respondí, en el parque San Martín, donde sea, pero no vuelvo a ese lugar nunca más", confesó.
Luego de tomar un café en el mercado San Miguel, Arturo caminó hasta las oficinas de El Tribuno, sorteando las dificultades de las obras en la avenida, para compartir su historia. “No deseo ese trato para la gente mayor. Todos tuvimos padres y abuelos, debe haber algo de justicia", manifestó con voz firme.
Con una factura de 450.000 pesos del geriátrico en mano, Arturo González solicitó a las autoridades más controles y empatía hacia los adultos mayores. "Vine por justicia, solo por eso. Por más controles, más respeto, más empatía. Y dejo mi último recibo de pago del geriátrico, por si alguien duda de mi verdad", enfatizó.
Actualmente, Arturo González vive en Santa Lucía, calle Santa Marta 1787, detrás del colegio, y dejó claro que su lucha no es personal, sino por todos los adultos mayores que sufren maltratos en instituciones de cuidado. "Lo único que quiero es que no se repita lo que a mí me pasó", concluyó, antes de retirarse con paso firme, dejando claro que la denuncia busca un cambio para los más vulnerables.
Fuente de la Información: Diario Panorama