La volteada
03/04/2012. Rincón Literario > Poesía
Juan Carlos Dávalos dedicó sus versos a contar cómo el toro encuentra su final en la embestida del hombre.
	Muge plantado en actitud bravía,
	ceñido el lazo del testud adusto,
	y terco afronta con empaque augusto
	el asalto voraz de la jauría
	Hinca, dócil al puño que lo guía
	el duro casco el alazán robusto,
	y piafa lleno de sudor y susto
	de la cinchada en la mortal porfía
	Y cuando el toro enceguecido y fiero
	brotando espuma de repente arranca
	y la embestida poderosa cierra
	Se cimbra el lazo sobre el bramadero
	y entre una densa polvareda blanca
	el cuerpo cae reciamente en tierra
	LA MUERTE
	
	Y yace el bruto en la postura inerte
	con que el hombre mañoso lo invalida,
	la carne de cansancio estremecida,
	y al fin tumbado el epinazo fuerte.
	Nadie el espanto y el dolor advierte
	de la negra pupila entristecida,
	donde tiembla la fuerza de la vida
	con la oscura zozobra de la muerte.
	¡Después, el estertor, el hondo tajo!
	El hombre indiferente en su trabajo
	limpia el puñal en la cerviz del toro.
	La sangre por la herida borbotea,
	y un escuálido perro saborea
	el caudal rojo de vislumbres de oro