Una derrota judicial ante los bonistas dispararía juicios por casi u$s20.000 M
01/02/2013. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Si los tribunales de EEUU fallan contra el país, acreedores con títulos en default que aún no litigaron irán a hacerlo.
La definición de la batalla legal entre la Argentina y los fondos buitre, dependiendo quién termine triunfando, abrirá una caja de Pandora. Las intenciones del Ministerio de Economía, a cargo de Hernán Lorenzino, son las de evitar el fallo adverso por una razón bastante más relevante que los u$s1.440 millones que reclaman estos fondos: los potenciales juicios que dispararían otros tantos acreedores que aún no litigaron contra el país.
Si la Cámara de Apelaciones termina dictaminando, a partir del 27 de febrero cuando será la audiencia final, que Argentina violó el trato igualitario (pari passu) con los “buitres” y decide concederles el pago total de la deuda, los problemas en los tribunales neoyorquinos habrán recién comenzado.
Según cálculos de Guillermo Mondino, otrora “enemigo” de Cristina Kirchner por sus dichos sobre el rumbo de la economía (algo que le costó el escarmiento público de la presidenta), la Argentina podría enfrentar pleitos por más de 17.000 millones de dólares. Algunos estudios de abogados especializados en litigios coinciden con estos números y hablan de casi 20.000 millones de dólares.
El ahora ejecutivo del Citibank sostiene que el monto de la deuda aún en default –según los últimos datos del Ministerio de Economía- asciende a u$s11.000 millones (u$s6.700 millones en capital más 4.500 millones en intereses). Más del 70% del total corresponde a bonistas en EEUU. Pero, dice, esos números estarían subvaluados.
Mondino afirma que la “cantidad real de juicios potenciales” supera los u$s17.000 millones, de los cuales sólo alrededor de u$s 6.200 millones hasta el momento han sido ingresados en resoluciones judiciales dentro de los tribunales de EEUU.
Sucede que el cálculo que hace el Gobierno de los intereses pasados de los bonos en default sólo se realizan (actualizan) hasta el 2010 y se detienen hasta que el título termina venciendo. Pero para las sentencias dictadas en los tribunales de EEUU, los bonos siguen acumulando intereses incluso después del vencimiento establecido, deteniéndose sólo una vez se haya dictado una resolución. Así, calcula Citibank, los intereses de esta deuda se actualizan a un tasa del 9%.
Esto hace que a pesar de que el Gobierno haya dejado de pagar esos bonos, cuando esos inversores le hagan juicio al país, los intereses crecen de una forma importante llevando el reclamo a montos muy superiores a los que serían.
Como la gran mayoría de los acreedores compraron sus títulos en default en EEUU, un fallo favorable para los fondos buitre generaría una jurisprudencia difícil de contrarrestar. Se cree, incluso, que otros inversores bajo ley inglesa (paraguas legal para colocar bonos en Europa) tomarían la iniciativa.
“Esto hace que se vea en perspectiva todo el proceso que se está llevando adelante con este juicio. Porque si el fallo es adverso para el país, el monto que podrían llegar a reclamar es impagable”, decían desde un banco neoyorquino. Como dato, si el país tuviera que pagar esos u$s17.000 millones representaría casi 4 puntos del Producto Bruto Interno (PBI). Algo directamente impagable.
Deudas pendientes
A pesar del tan mentado slogan del “desendeudamiento”, los pasivos no tan ocultos de la Argentina siguen creciendo. A estos u$s17.000 millones en potenciales demandas con los holdouts hay que sumarle otros impagos. Por ejemplo, la deuda que hay en el Ciadi (tribunal del Banco Mundial que entiende en litigios entre empresas y estados) asciende a los u$s65.000 millones a través de 43 litigios.
Actualmente, Eduardo Barcesat, el abogado que trabaja como asesor del Ministerio de Economía está delineando cómo hacer para que el país se retire del Ciadi y siga incumpliendo con los fallos (algo recurrente desde el default del 2002).
Otro frente de batalla es la deuda con el Club de París. Si bien hace unos años el Gobierno intentó reflotar las negociaciones por una deuda que supera los u$s10.000 millones (con los intereses actualizados), ese plan quedó en el olvido. No era “negocio” llegar a una fórmula de pago. Después de todo, el Club de París no tiene el marketing político que supo ostentar el FMI. O sea, pagarles no reditúa políticamente. Tampoco la Argentina tendrá la "suerte" de Myanmar (antigua Birmania) a quien recientemente le fue condonada la mitad de su deuda con el Club por casi 6.000 millones de dólares.
Sea como fuere, en lo inmediato, la resolución del pleito con los fondos buitre es crucial. No sólo por los potenciales juicios a futuro, sino por la incertidumbre acerca de qué hará el Gobierno si le fallan en contra. ¿Pagarán o se arriesgarán a caer en default técnico? En el Gobierno se sigue escuchando la misma respuesta: “No vamos a pagarles nunca”. Claro, menos claro está la idea de cómo sobrevivir después de eso.
Fuente: Infobae