Un cargo más en la causa Plasmagate
20/10/2020. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
La Fiscalía de Delitos complejos cargará un tipo penal más al rosario de acusaciones contra el médico Martín De la Arena. En la causa Plasmagate, este miércoles formalizará una imputación adicional por negociaciones incompatibles con la función p
La causa Plasmagate tendrá un nuevo giro este miércoles, a las 10 horas, cuando se le amplíe la imputación al galeno Martín De la Arena por la presunta autoría, también, del delito de negociaciones incompatibles con el ejercicio de su función. El médico ya carga con anterioridad achaques penales por el delito de tentativa de fraude a la administración pública (dos hechos), en concurso real, en carácter de autor y en perjuicio del Estado Provincial.
El fiscal de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, Leandro Flores, será quien lleve adelante este trámite. En el decreto, el funcionario hizo un recuento de lo actuado a partir del día 26 de septiembre pasado y concluyó que cabe ampliarse esta imputación, dado el carácter que De la Arena ostentaba en la dirección del Centro de Hemoterapia Regional de nuestra provincia.
En este escenario, el profesional incumplió las normativas que regulan las incompatibilidades y prohibiciones de los funcionarios designados en cargos políticos y designaciones con carácter de autoridad superior del Poder Ejecutivo fuera de escalafón. De hecho, Flores adicionó a este caso que De la Arena habría superpuesto su rol de socio gerente de la Empresa HEMOSALTA SRL, entidad habilitada para la realización de servicio transfusional hospitalario, en la recepción de unidades de hemocomponentes derivadas desde el organismo público que dirigía (CRH) para la ejecución del servicio.
Como se recordará, el Centro de Hemoterapia Regional se creó en 2009; De la Arena fue designado en julio de 2010 como director del Centro Regional de Hemoterapia y en abril de 2013, el Ministerio de Salud aprobó el convenio de Suministro de Sangre Humana y Componentes Sanguíneos con Empresa HEMOSALTA SRL.
Pero contra toda lógica, el gobierno de Juan Manuel Urtubey lo designó en tal cargo en diciembre de 2013 y luego fue confirmado en este mismo puesto en 2016. El Instituto Provincial de la Salud de Salta, en su informe a la Fiscalía a cargo de Flores confirmó que la empresa Hemosalta S.R.L. es prestadora de esa obra social y que desde 2002, su titular es De la Arena.
El IPSS adjuntó a dicho informe el detalle las prestaciones facturadas por la empresa Hemosalta S.R.L. de 2019 a 2020, con los códigos facturados de prácticas de hemoterapia (transfusión de plasma, glóbulos rojos, sangre sin leucocitos, plaquetas o leucocitos y crioprecipitados).
Por lo que el fiscal de Delitos Económicos Complejos, consideró que se violentó el bien jurídico protegido, es decir la “administración pública”, y que se comprobó, prima facie, la existencia de una situación simultánea de parte y de funcionario, a sabiendas que estaba interviniendo en un contrato u operación como funcionario público y la voluntad de tomar intervención en ellos, a la vez, de forma privada.
Un rastro lleva a Nicaragua
El posible antecedente del caso salteño por el Plasmagate, tal vez, derive en un hecho similar que surgió con la dictadura nicaragüense protagonizada por Anastacio Somoza Debayle: hablamos de Plasmaféresis. El 23 de agosto de 1971, el diario dictatorial La Gaceta publicó el decreto 190 con la escritura de constitución de la compañía para extraer (comprar), procesar y exportar la sangre de los nicaragüenses hacia Estados Unidos.
El objetivo eran los ciudadanos y ciudadanas, a partir de los 18 años, con un peso por encima de los 55 kilogramos y que hubiesen pasado un examen médico y pruebas para descartar enfermedades en el torrente sanguíneo. Previo a la constitución de esta empresa, el médico Pedro Ramos –traído por renegados cubanos- le dijo al dictador centroamericano su intención de armar este emprendimiento en este país, a lo que Somoza replicó que “si era lícito en EEUU, también lo sería en Nicaragua”.
De tal manera, la Centroamericana de Plasmaféresis S.A (CAPSA) tuvo como quienes la alumbraron a José Rogelio Gómez Maribona, Pedro Manuel Ramos Quiroz, Benigno Castro Toirac, todos de nacionalidad cubana, con un capital accionario del 50 %, lo que les permitía el control de la empresa. Como socios locales se inscribió a José Rolando Santamaría McNally y Frank Kelly Tórrez, con 30 % y 20 %, respectivamente.
El laboratorio se estableció en el kilómetro 4 de la Carretera Norte en el antiguo local de la desmotadora Los Manguitos y los telares El Porvenir, propiedad de Somoza, en la carretera norte. Entre sus ejecutivos figuraba Eugenio Dudkiewiez, un “financista” británico que venía de supervisar los negocios de la familia Somoza (más un paso por los bancos de Londres y Montreal) y con este pedigree recaló en Plasmaféresis.
Luego del asalto de los sandinistas a “La Chanchera”, como le llamaban a la Cámara de Senadores, “el pueblo en furia incendió varias empresas del dictador”, contaba Eduardo Galeano en “Memoria del fuego”. Aquel día, “las llamas arrasaron a la próspera Plasmaféresis, S. A., que exportaba sangre nicaragüense a los Estados Unidos; y el pueblo juró que no descansará hasta enterrar al vampiro, en algún lugar más oscuro que la noche, con una estaca clavada en el corazón”.
Fuente de la Información: Nota de Redacción