Presentaron el libro "Justicia y medios"
11/11/2014. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema, y Lauro Laíño, vicepresidente de la Academia Nacional de Periodismo, acompañaron a la directora del CIJ, María Bourdin.
Ante una sala repleta de jueces, abogados y periodistas, el presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti y el vicepresidente de la Academia Nacional de Periodismo, Lauro Laíño, acompañaron a María Bourdin, directora del Centro de Información Judicial, en la presentación de su libro Justicia y medios en la Biblioteca Nacional. Camaristas como Martín Irurzún y Marcos Grabivker y jueces federales como María Romuilda Servini de Cubría, Julián Ercolini, Luis Rodríguez ySebastián Casanello, escucharon a los panelistas disertar sobre la obra en la que Bourdin -periodista y abogada- relata los pormenores de "la revolución comunicacional de la Corte Suprema argentina" y reflexiona sobre "cómo abrir a la sociedad las puertas de los Tribunales".
Laíño, primer orador de la tarde, celebró la creación del CIJ "en cuanto posibilita el intercambio de puntos de vista y el diálogo sustancial de magistrados y justiciables" y "permite a los jueces identificar los consensos básicos de la sociedad". "Es simple: los tribunales abren sus ventanas cristalinas a la vida y los medios medios replican con sus columnas dispuestas, sorteando vicisitudes empresariales, las cambiantes alternativas de las modas intelectuales y caprichos sociales, sosteniendo el estandarte de más de un siglo y medio al servicio del público, que los estimula con su fidelidad", explicó el vicepresidente de la Academia de Periodismo.
El veterano periodista recordó sus inicios en los medios, cuando bajo la sección "Tribunales" los diarios publicaban noticias en un lenguaje judicial "casi incomprensible". Entre aquellas épocas y la puesta en funcionamiento del CIJ, operó un "cambio de paradigmas", dijo Laíño, en el que "se entronizó una política de Estado que permite al Poder Judial evitar mirarse el ombligo, haciendo que la comunicación de sus decisiones se enfoque en el derecho de los ciudadanos a una mejor justicia, transparente, y de servicio".
Por su parte, Lorenzetti recordó cuando en 2006 el tribunal supremo convocó a la primera convención nacional de jueces bajo el título "Jueces y sociedad": "Lo que dicutimos en ese momento fue cómo cambiar la mirada", explicó, "de segir diciendo que la sentencia judicial es un acto profesional, emanado de un profesional, en un lenguaje profesional, dirigido a otros profesionales, pero al mismo tiempo armar una estructura que permita llegar a la población con un lenguaje que no sea estrictamente profesional, sino compresible, no técnico, y comunicar la noticia judicial a todos los ciudadanos". "Este fue el cambio de paradigma", "dejar de mirarnos internamente, para mirar a la sociedad", explicó.
La puesta en funcionamiento del CIJ "fue una decisión impulsada por la Corte Suprema, pero con una enorme participación de las asociaciones que integran el Poder Judicial federal y de las provincias, y con una activísima participación de los jueces de todo el país", dijo Lorenzetti, y agregó que "este cambio en la mirada no era una necesidad del Poder Judicial, sino un derecho de la población". "Lo que entendimos es que todos los ciudadanos tienen derecho a conocer las razones por las cuales se toman las decisiones judiciales", afirmó.
Lorenzetti contó que hubo que "convencer a cada uno de los jueces que publiquen sus sentencias", pero destacó que muchos demostraron "una extraordinaria voluntad" de comunicar su trabajo. El CIJ, dijo el supremo, "empezó siendo un solo instrumento comunicacional, pero fue creciendo desde una página web hasta transformarse en una agencia de noticias, donde es el propio Poder Judicial el que comunica", algo que en palabras de Lorenzeti hace a su "independencia, que tambièn se manifiesta en la autonomía informativa"
El libro de Bourdin "tiene la virtud de reflejar el cambio de paradigma, el cambio de mirada que es hoy una política de Estado, pero a la vez todo el proceso que llevó a lo que hoy tenemos", sostuvo el supremo, y valoró "el esfuerzo personal" y "el sacrificio cotidiano" de los integrantes del CIJ, un proyecto que se hizo "con mucho esfuerzo, muy poca gente, pocos recursos, pero con vocación". Por último, dedicó "un reconocimiento al trabajo que hizo la autora, María Bourdin, como constructora de un proyecto que sin ella hubiese sido imposible".