Emotivo relato de la esposa del dirigente rural Felipe Burgos
19/06/2012. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
El creador de la Federación de Trabajadores Campesinos fue raptado desde su domicilio en Campo Quijano.
Otra jornada de fuerte contenido emotivo se vivió ayer en la Sala de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial, durante la reanudación del debate por la megacausa de la UNSa en la que el Tribunal Oral Federal avanzó en este proceso con el caso del secuestro y desaparición del dirigente campesino Felipe Burgos, el 6 de febrero de 1976. También escuchó una ampliación de declaración del general Héctor Ríos Ereñú, acusado por el asesinato del médico Pedro Urueña, en diciembre de 1975.
María Inés Casso de Burgos contó con detalles lo sucedido con su esposo, quien fuera secuestrado de su domicilio en el pueblo de Campo Quijano por un grupo armado que se movilizaba en dos autos sin identificación.
La mujer estalló en llanto al recordar lo ocurrido a la 1.45 de aquel día, cuando lo vio por última vez. “Golpearon la puerta con la culata de las armas y entonces Felipe me pidió que me encerrara en el dormitorio de mis hijas, la mayor tenía tres años”, recordó. Cree que apenas Burgos abrió la puerta lo encañonaron y lo introdujeron en uno de los vehículo. La testigo sostuvo que Burgos era un dirigente comprometido con las causa de los trabajadores rurales y que cumplió una importante labor como director de Promoción y Asistencia a la Comunidad durante la gestión de Miguel Ragone. “Lo busqué por todos lados, muchas veces sola, porque nadie me quería acompañar”, recordó con tristeza. Dijo que a sus hijas les decía que su padre iba volver, pero cuando se convenció de que esto no iba a suceder tuvo que decirles la verdad. “Les enseñé a perdonar porque entendí que el mejor homenaje que podíamos hacerle a Felipe era vivir con grandeza”, expresó la mujer.
Ambrocio López, amigo y colaborar de Burgos, se confesó “enemigo” de los acusados del crimen, entre los que citó al exjefe de la Guarnición Ejército Salta, Carlos Alberto Mulhall. “Por culpa de ellos vivo enfermo, luego de haberme sometido a todo tipo de tortura días después de la desaparición de Felipe”, aseguró. En tanto que Eladio Guantay, exintendente de El Carril, reconoció la labor que Burgos desarrollaba en favor de los campesinos. “Yo estaba detenido cuando supe de su desaparición y recuerdo que cuando me interrogaron en la Policía me preguntaron qué sabía de Burgos”, contó.
Fuente: El Tribuno